BAGDAD, 22 de julio (PL).—
Insurgentes iraquíes atacaron hoy una base militar norteamericana
cercana a la cuidad de Faluja, al oeste de esta capital, informó el
mando central de los ocupantes.
El documento castrense no ofreció
balance alguno sobre las posibles bajas entre sus filas, luego de
que los rebeldes abrieran fuego con lanzacohetes contra la unidad.
Tras el ataque, varias patrullas
salieron en persecución de los insurrectos, cercaron el perímetro
y lo sobrevolaron con helicópteros de combate.
Emisoras radiales comentaron en sus
noticieros vespertinos que no es la primera vez que los insurgentes
atacan las bases militares norteamericanas.
Este viernes, dos policías murieron
y un tercero resultó herido cuando un comando rebelde emboscó una
patrulla matutina en la barriada metropolitana de Ghadeer.
En el distrito capitalino de
Baladiyat los insurrectos acribillaron desde un automóvil en marcha
a un agente y lesionaron a otros dos, informó el Ministerio del
Interior.
Un quinto policía fue herido al
igual que un soldado de la Guardia Nacional durante un
enfrentamiento armado en el área de Al Dura, luego que una patrulla
conjunta fuera atacada durante un recorrido de rutina.
La víspera, la versión digital del
diario The New York Times afirmó que el ejército iraquí, creado
por las tropas estadounidenses, es incapaz de operar sólo contra la
resistencia debido a su baja capacidad combativa.
El rotativo citó un documento
desclasificado del Pentágono que subrayó que la mitad de los
batallones iraquíes están en proceso de formación.
Un pequeño número de unidades
locales están listas para entrar en acción contra los focos
rebeldes sin el apoyo de los efectivos norteamericanos, agregó.
Según el Departamento de Defensa, el
ejército iraquí está integrado por casi 79 mil soldados, mientras
la policía y los paramilitares suman unos 94 mil.
Diversos medios norteamericanos han
revelado en otras oportunidades las altas tasas de deserción y la
baja capacidad combativa de esas tropas, agregó el cotidiano.
También se presume que dentro de las
filas del ejército iraquí hay un número significativo de espías
que informan a la insurgencia los movimientos de los militares,
opinan expertos.