WASHINGTON, 20 de julio (PL).—
Las invasiones a Iraq y Afganistán han costado hasta la fecha más
de 314 mil millones de dólares a los contribuyentes
estadounidenses, afirmó hoy el diario San Francisco Chronicle.
El periódico señala que el
constante incremento de los gastos militares en ambos países
preocupa en la Unión incluso a los partidarios de las guerras.
Ni siquiera los halcones más
estridentes en Washington pudieron prever esa cifra, pero esa no es
ninguna razón para seguir tirando el dinero ciegamente para
consolidar una campaña cuestionable, agrega el rotativo.
Según la publicación, estas
campañas militares podrían exceder por mucho los gastos de los
conflictos en Corea y Viet Nam.
Para un centro de estudios en
Washington, la agresión al país árabe pudiera superar los 700 mil
millones de dólares, una suma notable si consideramos que la
mayoría de los norteamericanos estima que esa guerra no mereció la
pena, subraya.
El matutino comenta que los excesivos
gastos en Iraq y Afganistán son más preocupantes porque no son
financiados por el presupuesto normal, sino mediante partidas
extraordinarias.
Esta política disparó la deuda
nacional de Estados Unidos, que el último año superó los 400 mil
millones de dólares, añade.
Los recientes esfuerzos del presidente
George W. Bush por vender la guerra a sus conciudadanos nunca han
sido acompañados por una política fiscal sólida, comenta.
El periódico resalta que la Oficina
del Presupuesto del Congreso estimó hace tres años que esos dos
conflictos costarían entre 1,5 mil millones y cuatro mil millones
de dólares por mes.
Sin embargo, apunta, en realidad
Washington debe desembolsar cada 30 días ocho mil millones de
dólares para intentar acabar con la insurrección iraquí, que ha
causado la muerte de mil 770 soldados norteamericanos.
En las últimas semanas las críticas
a la invasión al país árabe han aumentado en la Unión, lo cual
llevó a la Casa Blanca a lanzar una campaña mediática para
matizar las críticas.
Incluso en las filas del oficialista
Partido Republicano se escuchan voces discordantes de la política
de la Administración, que intenta presentar un panorama alentador
en Iraq.