|
Premio Internacional Fernando Ortiz
Adyá para Katherine
Dunham
Pedro
de la Hoz
El Premio Internacional
Fernando Ortiz, que concede la Fundación que lleva el nombre del
sabio cubano, fue concedido este viernes a la coreógrafa, bailarina,
pedagoga y antropóloga norteamericana Katherine Dunham, quien a los
96 años de edad se yergue como una de las figuras fundamentales en
el rescate, conservación y promoción del legado cultural
afroamericano.
Katherine Dunham, en tiempos de su plenitud como bailarina.
En una velada que tuvo
lugar en el Centro Hispanoamericano de Cultura de La Habana, y a la
que asistieron figuras emblemáticas del universo danzario cubano
encabezadas por la singular Alicia Alonso, Miguel Barnet, presidente
de la Fundación, depositó el Adyá, atributo ritual del orisha
Obbatalá, que simboliza el premio, en manos de July Belafonte,
discípula y colaboradora de la Dunham para que se lo hiciera
llegar.
Al introducir la
jornada, Miguel Cabrera, historiador del Ballet Nacional de Cuba,
resaltó la manera en que la Dunham "levantó su estatura para dar
un grado científico a lo que hacía sobre el escenario".
July Belafonte recibe el Premio en nombre de la Dunham.
De manera mucho más
detallada, el maestro Ramiro Guerra, fundador de la danza moderna en
la Isla, pasó revista a la trayectoria de la coreógrafa e
investigadora norteamericana y advirtió cómo ella distinguió la
transformación de las religiones africanas en nuevas conductas
rituales, la secularización de esas religiones en el nuevo ambiente
americano y la interacción entre las danzas traídas del continente
negro con las europeas, lo cual dio lugar al mestizaje que se
observa tanto en Norteamérica como en el ámbito caribeño.
Pero sobre todo hizo
énfasis en la audacia y el compromiso cultural del trabajo de la
Dunham a favor de la legitimación de los aportes culturales de
origen africano, y su entrega pedagógica en centros fundados por
ella y que apenas contaron con el reconocimiento oficial del
establishment.
Al homenaje se sumó la
compañía JJ, dirigida por el maestro Johannes García, que bailó
danzas de linaje dahomeyano asentadas en Haití, un país cuya
gestualidad coreográfica mereció la atención de Katherine Dunham.
|