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Vulnerabilidad y
mitigación de riesgos en la vivienda
Ronal
Suárez Ramos
PINAR DEL RÍO.—El
Primer Taller sobre Vulnerabilidad y Mitigación de Riesgos en la
Vivienda, desarrollado aquí, dejó vivencias que servirán para
tomar decisiones en el enfrentamiento a fenómenos naturales.
Con la experiencia de
más de 98 000 inmuebles dañados por los tres huracanes que
azotaron la provincia entre el 2002 y el 2004, las intervenciones de
los especialistas presentes estuvieron centradas en la necesidad de
prever.
La ponencia titulada
Enfoque de la prevención y mitigación del riesgo en el hábitat,
por ejemplo, se refirió a las medidas adoptadas durante el paso de
los huracanes Isidore y Lili en poblados costeros con peligro de
inundación, para que no volvieran a construirse allí las casas que
resultaron destruidas. Ello ha dado lugar al surgimiento de nuevos
asentamientos poblacionales.
Se coincidió en que el
territorio pinareño, por su posición geográfica, está situado en
la ruta de esos fenómenos atmosféricos, y la tipología
predominante de sus viviendas es muy débil para afrontar la furia
del viento y las lluvias.
Hoy las casas que se
construyen son más sólidas y mejoran el estado del fondo
habitacional, pero sus techos siguen siendo vulnerables, pues en su
mayoría están cubiertos por tejas de asbesto cemento y canalón.
Por ello, se argumentó,
hay que trabajar en el desarrollo de nuevas tecnologías que
proporcionen cubiertas sólidas, y priorizar la capacitación de la
población para que proteja sus viviendas con los medios que han
demostrado ser efectivos.
El Taller contó con la
presencia de dirigentes del Partido y del Gobierno, representantes
del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), del
Instituto Nacional de la Vivienda, de la Defensa Civil, de Recursos
Hidráulicos, del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio
Ambiente (CITMA), de Planificación Física y otras entidades
relacionadas con el tema. |