MONTEVIDEO, 1 de junio (PL).—
Las dictaduras de Uruguay y Argentina están directamente vinculadas
a los asesinatos de los ex legisladores, Zelmar Michelini y Héctor
Gutiérrez Ruiz, en la vecina capital del Río de la Plata, Buenos
Aires, en 1976.
La revelación surge en un documento
desclasificado en Estados Unidos, al que accedió Prensa Latina, y,
donde se precisa que "está claro que los secuestros y
asesinatos de los parlamentarios y defensores de los derechos
humanos fue realizado por el gobierno argentino" y
"obviamente con la complicidad del uruguayo".
El material lleva el nombre de
Boletín Legislativo-América Latina Mayo-Junio 1976 y está
elaborado en la Oficina de Washington para América Latina, 110
Maryland Ave. N.E., Estados Unidos.
Entre diversas revelaciones, el
material confirma que la dictadura uruguaya "instigó y ordenó
los asesinatos de sus principales adversarios".
En otra de sus partes, el documento
informa que el asesinado senador uruguayo Michelini, había dejado
una esquela con un amigo, donde informaba que se había enterado de
planes de la represión para "sacarlo de la Argentina".
Esos planes fueron discutidos y
coordinados por el ex canciller de la dictadura uruguaya, Juan
Carlos Blanco, con la dictadura argentina, poco antes del secuestro
de Michelini, agrega el documento desclasificado.
En otro de esos documentos a los que
accedió Prensa Latina, se indica que un análisis preparado para
Henry Kissinger, el 3 de agosto de 1976, dice que "los países
del Cono Sur están coordinando inteligencia muy estrechamente y
operan en los territorios de uno y otro para capturar
subversivos".
También, se conoció en otro
material desclasificado por el Departamento de Estado norteamericano
que la embajada de Estados Unidos en Montevideo, el 18 de junio de
1976, informó que "una fuente secreta les expresa que las
fuerzas de seguridad argentina creían que Michelini estaba
vinculado a revolucionarios".
Finalmente, y como parte de un
análisis sobre los documentos desclasificados por Washington, se
puede afirmar que la Agencia Central de Inteligencia Americana
(CIA), obtuvo información en junio del año 1976 y confirmó la
existencia de un pacto formal de represión conocido con el nombre
de Plan Cóndor.
Lo anterior —se asegura— fue
transmitido a Washington y desde allí a todas las representaciones
estadounidenses en la región y el mundo, aunque para la mayoría de
los analistas, la Casa Blanca estaba mas que informada sobre la
coordinación de las dictaduras para asesinar y secuestrar a
militantes de izquierda.
En ese sentido, se recuerda que
Washington envió —en la década de 1970— a Montevideo, al
agente de la CIA, Dan Mitrione, quien fue ejecutado por el
Movimiento de Liberación Nacional (MLN-Tupamaros).
Mitrione, fue el encargado de
insertar en Uruguay la práctica de torturas a detenidos, según
investigaciones posteriores.
Antes, el estadounidense había
puesto el sistema en práctica, en Brasil, donde los ejercicios de
sus cursos los hacía con marginados o niños de la calle, en esa
nación norteña.