LA PAZ, 1 de junio (PL).—
La presión empresarial para que el presidente de Bolivia, Carlos
Mesa, renuncie por falta de autoridad, se intensificó en las
últimas horas con un reclamo de la Cámara Agropecuaria del Oriente
(CAO).
La influyente organización de la
oriental región de Santa Cruz planteó que el gobernante debe
retirarse por no "garantizar el cumplimiento de la ley ni hacer
respetar la propiedad privada de la tierra".
La demanda fue planteada luego de
abiertas presiones de la CAO y otros sectores empresariales y
regionalistas cruceños, para que el gobierno ordene la represión
militar contra miembros del Movimiento de Campesinos sin Tierra (MST)
que ocupan tierras improductivas o de propiedad dudosa.
"Nosotros hemos dicho que
gobierne o que se vaya, pero como estamos viendo que no gobierna,
entonces debe renunciar", declaró el presidente de la CAO,
José Céspedes.
Planteó que se busque una salida
constitucional a la crisis y agregó que "no queremos ya seguir
con un Gobierno que no hace cumplir las leyes", en medio de
grandes protestas populares por la nacionalización de los
hidrocarburos y la convocatoria de una asamblea constituyente.
También la Confederación de
Empresarios de Bolivia y la cruceña Cámara de Industria demandaron
en días pasados que Mesa dimita y convoque nuevas elecciones, por
no ofrecer seguridad jurídica a la actividad empresarial, según
alegaron.
El presidente Carlos Mesa ha
reiterado en los últimos días que de ninguna manera dejará el
cargo y que está decidido a continuar como gobernante hasta el
final de su mandato, en agosto de 2007, para lo cual pidió el
respaldo ciudadano, que ha mermado severamente, según una reciente
encuesta.
Entre los motivos de esa
determinación, el ministro de la Presidencia, José Galindo,
mencionó la convicción gubernamental de que el retiro de Mesa no
solucionaría los problemas, de carácter estructural, y en cambio
agravaría la situación.
La renuncia de Mesa o el adelanto de
las elecciones —que él pidió en marzo al congreso, sin que este
acepte— son planteadas también por Acción Democrática
Nacionalista (ADN), fundada por el ex dictador Hugo Bánzer, y por
Unidad Nacional, grupo del acaudalado empresario Samuel Doria
Medina.
En el campo popular, exigen la
dimisión del gobernante la Central Obrera Boliviana (COB) y otros
grupos.
La demanda no encuentra eco, al menos
explícito, en los líderes de los partidos políticos, entre los
cuales el presidente de la Cámara de Diputados, Mario Cossío,
apuntó que no la suscribe ni considera que sea la solución de la
crisis.
El líder del Movimiento al
Socialismo (MAS) rechaza la exigencia de renuncia de Mesa y advierte
que dejaría así la presidencia en manos del titular del
congreso, el derechista Hormando Vaca Diez, acusado de conspirar para hacerse del
cargo.