Directa, sincera, amable y candorosa
al estilo gitano, ora cortante y ora explícita, Lolita, la heredera
de Lola Flores y El Pescaílla dijo hoy que cumple un sueño al
visitar Cuba y desea regresar a México.
La estelar figura, que ha poblado con
su voz, baile, amores y pérdidas personales toda la geografía
española y latinoamericana durante más de 30 años, fue enfática
al decir: "será un placer cantar con la diva Omara Portuondo
(Buena Vista Social Club) y me gustaría repetir con Armando
Manzanero en México el duetto Somos novios".
Cuando la hija mayor de La Faraona
hizo su entrada al Salón Cetro, del hotel Meliá Cohíba,
emblemático de los últimos tiempos de relaciones
cubano-españolas, los asistentes puestos de pie le tributaron una
ovación y los fotógrafos la acribillaron a flachazos.
"Es muy temprano para
emocionarme, pero creo en el más allá, en eso que nos sitúa donde
debemos estar", acotó la cantaora.
Ante una pregunta de Prensa Latina
sobre la responsabilidad de ser una Flores e hija del Pescaílla,
Lolita apuntó que con todo el tiempo pasado sobre los escenarios
todavía no se siente segura, pero si consideró que ser miembro de
su clan no ha sido para ella una carga.
"Me siento orgullosa de ser una
González (aseveró con relación al apellido de su progenitor), asi
como llamarme Flores", sostuvo.
Refirió que cuando pequeña alguien
le dijo que en su trabajo se descansaba, fiestaba y disfrutaba, que
todo era placentero, pero la realidad que encontró fue otra y se ha
pasado la vida laborando como una obrera de la canción.
En relación a su más reciente CD Y
ahora Lola, señaló que ha sido un éxito en España, pero
espera "que este tenga patas largas y camine mucho" sobre
todo en América Latina, subcontinente en el cual alcanzó el
triunfo en los albores de su carrera artística.
Acerca de su vida en el
cinematógrafo, agradeció el premio Goya alcanzado por su
actuación en el filme Rencor, junto al actor cubano Jorge
Perugorría (Fresa y chocolate), al director español Miguel
Albadalejo y a todos aquellos que la apoyaron.
"Quiero seguir haciendo cine y
teatro, próximamente haré una obra del cubano Nilo Cruz, sobre una
familia de tabaqueros en Tampa cruzada por una historia de
amor", afirmó.
Con respecto a su concierto habanero
del próximo domingo, alertó que dará lo mejor de si, "porque
estoy —como se dice en España— 'hasta las trancas', ya que
conozco que mucha gente me está esperando desde hace 30 años y
aguardan un gran espectáculo a la altura de mi madre o mi hermana
Rosario".
"Mi familia dejó el pabellón
muy alto y cantaré y bailaré todo lo que pueda, hasta que se me
agoten las fuerzas, con tal de no quedar mal", agregó.
Acerca de su estilo de trabajo se
autocalificó como "muy autocrítica". "Pido a Dios
estar bien de voz en Cuba y actuar, porque mi madre lo hizo muy bien
en el 52, el 53 y el 56, del siglo pasado, cuando trabajó en la
isla".
Señaló que los contactos con Cuba
provienen de sus padres principalmente: "Mi papá me cantaba de
niña Sarandonga, que después supe que era de Compay Segundo, yo me
identificaba mucho con esa música y la fusión: boleros, tango,
porque escucho flamenco pero no me gusta en su estado puro",
apuntó.
Con respecto a sus días habaneros
calificó a Cuba de país maravilloso: "la gente me detuvo en
la calle y se pusieron a cantar y bailar conmigo. Ando por la calle
muy segura porque se que aquí me quieren como si fuera de la
familia".
Lolita González Flores —como le
gusta llamarse— tomará parte hoy en un homenaje de divas cubanas
a su madre, junto a Rosita Fornés, que aparece en la memorias de La
Faraona, Omara Portuondo, Soledad Delgado y Olga Navarro.