
SIGFREDO BARROS
Si en algún deporte
resulta difícil pronosticar, ese es el béisbol. Antes de iniciarse
la IV Super Liga, los pronósticos de todos los especialistas
apuntaban a una fortísima confrontación entre dos selecciones
consideradas unos auténticos trabucos: Occidentales y Centrales, la
primera sustentada en la excelencia de su pitcheo y la segunda
apoyada en su tremenda artillería. Pero en estos inicios —cuando
ya cumplimos una semana y dos días de competencia—, todos los
augurios andan bocabajo. Los Naranjas de Gourriel ocupan el cuarto
peldaño de la tabla de posiciones y los Azules de Anglada andan
sumergidos en el sótano, mientras Santiago de Cuba (a todas luces
entusiasmado con la posibilidad de llevarse los dos títulos de la
pelota cubana esta temporada), superó un inicio incierto y con
cuatro victorias consecutivas encabeza el pelotón de cinco
participantes. Ustedes llevarán razón cuando argumenten que
todavía es muy temprano, pues este torneo se extenderá hasta el 27
de junio. Pero coincidirán conmigo en que una lid de 28 juegos para
cada concursante es muy corta y, por tanto, una buena arrancada
aquí es tan importante como en una carrera de 100 metros. Por lo
tanto, que se apuren los de atrás si quieren llegar a tiempo a la
meta.
EL NÚMERO MÁGICO
Todavía se discute
en el béisbol la efectividad y la conveniencia de los ya famosos
120 lanzamientos como máximo para un lanzador en un partido. Tanto
el conteo de los pitcheos como la rotación de cinco hombres
llegaron al béisbol para proteger los brazos, especialmente de los
jóvenes. Pero algunos sustentan opiniones distintas. Jack Morris,
un veterano ex lanzador, afirma que los jóvenes de hoy son más
grandes, más fuertes y podrían muy bien pasar de esa cifra sin que
sus brazos se perjudiquen. Curt Schilling —un candidato al Salón
de la Fama—, argumenta que los pitchers son como los perros: ellos
responden al entrenamiento que se les dé. Algunos, como Earl Weaver
y Billy Martin, le prestan más atención a la pistola radar que
mide la velocidad. Y otros, como el mentor Tom Kelly, asegura que,
según su experiencia, los serpentineros comienzan a sentir
cansancio después de 2 horas 10 a 2 horas 15 minutos de trabajo.
(continuará). Tomado de Sports Illustrated.
RÁPIDAS:
El líder de los
bateadores es el habanista Ernesto Molinet, con 571 de promedio,
seguido por Ariel Borrero (526), Cepeda (500), Pedro Poll (429) y
Yoennis Céspedes (417)... Tres lanzadores mantienen un 0.00 de
PCL: Robelio Carrillo, Norberto González y Félix Rivera... El
Habana está al frente en bateo, 350; Centrales en defensa, 994 y un
solo error y los habanistas son también los mejores en pitcheo,
2.83... Y llegué a las 40 líneas. Nos vemos en el estadio.
JUEGOS PARA HOY
Delfín Fuentes
(Báguanos) 1:30 p.m. CTL-HAB. 26 de Diciembre (Campechuela) 1:30
p.m. SCU-OTL
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