Ernest Hemingway

Bajo el signo de la guerra, a favor de la justicia

Sonia Sánchez

Antifascista por experiencias vividas en conflictos locales e internacionales en los que se vio involucrado, a favor de la justicia, y apegado a la verdad por principios éticos, en el autor de Adiós a las armas, —a 60 años de la derrota del Reichstag— se aprecia un legado literario fiel a su postura.

Durante la primera sesión del X Coloquio Internacional Ernest Hemingway, que transcurre desde ayer (hasta el próximo día 25) en el Hotel Ambos Mundos, del Centro Histórico capitalino, "escondite" predilecto del autor, su participación en las guerras imperialistas en funciones de corresponsal, y sus simpatías hacia los republicanos durante la Guerra Civil Española, contienda reflejada en la novela Por quién doblan las campanas, motivaron la reflexión de los participantes de Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Italia, Puerto Rico y Cuba.

Temas abordados al detalle por los ponentes Phillip Melling, de la Universidad de Swansea, Gales, Reino Unido; Jorge Santos Caballero, miembro de la Cátedra Hemingway, del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, y en la conferencia magistral impartida por el presidente de la Academia Cubana de la Lengua, Lisandro Otero, demostraron cómo el creador de El viejo y el mar comprendió que los intereses de las conflagraciones europeas no distaban de los característicos de gobiernos norteamericanos: la búsqueda de nuevos mercados y territorios.

Su estima por nuestro país, por las mejores causas que marcaron las luchas populares, su encuentro el 15 de mayo de 1960 con el Comandante en Jefe, quien alguna vez declaró que de Por quién doblan las campanas extrajo tácticas para desarrollar la guerra liberadora, condujeron a Hemingway a asegurar a periodistas en 1960: Las gentes de honor creemos en la Revolución cubana.

 

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