Ho Chi Minh: Fiel a los principios revolucionarios

ARNALDO MUSA

Cuando hace algunos años visité la tierra natal de Ho Chi Minh, mi intérprete y amigo, el fallecido Pham Ba Linh, expresó su infundado temor a no traducir muy bien a los moradores de Nghe Tinh, porque estos "cantan" al estilo de los orientales cubanos. Entonces recordé una anécdota de Vo Nguyen Giap, Héroe de Dien Bien Phu, sobre su primer encuentro con el Tío Ho en 1938:

"Un detalle que nunca he olvidado me causó una gran impresión. Hablaba con un acento de Viet Nam central. Nunca hubiera pensado que una persona que hubiera vivido tanto tiempo en el extranjero, conservara su acento local."

Pero Ho Chi Minh hablaba claro, pausado, con ese dejo de su provincia natal que no impidió la comunicación con todo el pueblo de Viet Nam.

Ho Chi Minh nació hace 115 años, el 19 de mayo de 1890. Hoy reposan sus restos en el Mausoleo que se levanta en la Plaza Ba Dinh, de Hanoi, donde concurren casi a diario miles de vietnamitas de toda la nación a rendirle homenaje.

Allí pueden contemplarse aún los bellos jardines que sirvieron de espacio para la meditación al Presidente vietnamita, y la casa de los pilotes, construida el 17 de mayo de 1958, donde Ho Chi Minh —a despecho de los bombardeos aéreos norteamericanos— se mantuvo trabajando hasta 16 días antes de su muerte; en la parte inferior de la bella y pequeña edificación de caoba se reunía el Buró Político del Partido.

La casa de los pilotes está situada junto al lago donde él daba de comer a los peces cada tarde, después de una jornada de trabajo, que comenzaba al despuntar el día.

Por la única escalera de acceso, se ve una pequeña campanita de bronce que los visitantes debían tocar antes de entrar.

Fue allí donde Ho Chi Minh escribió su Testamento, en el que se destaca: "Nuestros ríos, nuestras montañas, siempre quedarán. Derrotados los yankis, construiremos una patria diez veces más hermosa".

Muy cerca, a pocos metros, se levanta una vivienda un poco más grande y blanca, que no era utilizada regularmente por el Presidente vietnamita. En una de sus habitaciones, dejó de latir su corazón a las 9 y 47 de la mañana del 2 de septiembre de 1969.

Desde este lugar, Ho Chi Minh había dirigido la guerra contra el imperialismo norteamericano, con valor, pasión, voluntad y la fuerza de sus convicciones marxista-leninistas.

Estas fueron las armas fundamentales del Primer Comunista de Viet Nam, del fundador del Partido, del Frente Nacional Unido del Ejército Popular y de la actual República Socialista de Viet Nam; siempre fiel, en toda su trayectoria, a los principios revolucionarios.

 

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