Laborismo retiene el poder, pero pierde 
mayoría parlamentaria

LONDRES, 6 de mayo.— El primer ministro británico, Anthony Blair, logró llevar a su Partido Laborista al Gobierno, por tercera vez consecutiva, tras el susto de perder su holgada mayoría parlamentaria, lo cual pone en duda su permanencia en el cargo, informó PL.

El llamado efecto Iraq parece haber golpeado con fuerza la ventaja del partido en el poder, que en los últimos ocho años campeó a su antojo en la Cámara de los Comunes, incluido el momento de aprobar la decisión de ir a la guerra contra Bagdad.

De las más de 160 bancas de ventaja que cosecharon en la edición del 2001, ahora los laboristas apenas podrán marcar la diferencia con unas 66, lo cual reduce su capacidad de maniobra o de imponer criterios, contrarios, incluso, a la mayoría de la opinión pública.

Los conteos realizados en 627 de 646 circunscripciones en disputa indican que los laboristas lograron 355 asientos, los conservadores 197 y los liberal-demócratas 62.

El Primer Ministro intentó, sin éxito, dejar fuera de la campaña electoral el tema iraquí, no solo por los daños que ello podía ocasionar a su partido, sino, sobre todo, por las consecuencias negativas para su propia condición de figura política.

La abstención y las deserciones a favor de los liberal-demócratas pareció enviar una clara señal del enojo del electorado con la política del Gobierno en Iraq.

De acuerdo con la firma MORI la participación llegó en esta ocasión a 61%, apenas dos puntos por encima de la registrada en el 2001, cuando fue la más baja desde 1918.

 

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