Mañana, Ojos de Brujo en el teatro Karl Marx

No venderemos el alma al diablo

PEDRO DE LA HOZ

"La sangre se me revela / cuando me pongo a pensar / que unos tienen de tó / y otros no tienen ná...". Dicha en tono de rumba, de sabroso salpafuera, el comienzo de Naitá es una declaración de principios. Ojos de Brujo toma partido estética y socialmente por una música que no se ciegue ante las realidades del mundo, una música transgresora, mestiza, visceral.

Foto: RAFAEL TORRES ESCOBARXavi Turull.

El público que asista mañana sábado a las 8:30 p.m. al teatro Karl Marx podrá comprobarlo, como lo han hecho otros auditorios de España, América Latina y Estados Unidos. Ojos de Brujo es uno de los sucesos más intensamente interesantes del panorama musical español de principios de este siglo. Acaba de obtener el lauro a la Mejor Gira de los Premios de la Música en su país y, pocos meses atrás, el Premio Revelación de la BBC de Londres. De su segunda y más reciente producción discográfica, Barí, han vendido 150 000 copias. Y todo esto al margen de los circuitos transnacionales, a puro pulmón.

En el espectáculo que presentará en el teatro de Primera y 10 compartirán el escenario con el grupo Interactivo, liderado por Roberto Julio Carcassés. Algunos de sus elementos se sumarán después al concierto propiamente dicho del colectivo español.

"Todo comenzó —nos cuenta Xavi Turull, percusionista y coordinador del proyecto (aclara que no hay plaza de director)— en Barcelona, cuando nos reunimos unos amigos a improvisar, bajo la cuerda común del flamenco. Y al irnos saliendo la música que queríamos escuchar, nos decidimos a grabar un primer disco, Vengue, con el que no nos fue muy bien que digamos, Hubo un desencuentro con la disquera. Entonces nos empeñamos hasta la cabeza, pero emprendimos nuestro propio camino. Hicimos nuestro propio sello, que primero nombramos La Fábrica de Colores y ahora será ODB. Lo promovimos y situamos nosotros mismos dándonos de cabeza, pero saliendo adelante."

¿Cómo se definen?

"Como un colectivo autogestionado, libre e independiente.

¿Eso no es nadar contracorriente?

"Justo a eso vamos. No negamos el poder de las transnacionales. Si sus canales de distribución se ponen a nuestro alcance, los utilizamos. Pero nos negamos a ser utilizados por las transnacionales. Tampoco queremos que nos usen en campañas publicitarias. Hemos perdido tremendo pastón por no acceder a una gira patrocinada por la Coca Cola ni prestar la imagen para marcas de whiskies y cigarrillos, pero hemos ganado en conciencia y tranquilidad. No venderemos nuestras almas al diablo.

¿De qué manera esa posición se refleja en la música que hacen?

"Casi todos tenemos inquietudes sociopolíticas. La música no puede estar ajena a nuestras circunstancias. La cantante del grupo, autora de las letras, Marina La Canillas, expresa esos sentimientos. Tampoco estamos ajenos a las realidades musicales más profundas: quiénes somos, cuáles son nuestras raíces y de qué modo nos interesa comunicarlas. De ahí que nos propongamos un flamenco innovador, abierto a muy variadas influencias y mezclas. Es una música global en el buen sentido de una palabra que, como sabes, tiene otro bien negativo en términos de política y economía, pues lo peor que le ha podido pasar al mundo es la globalización del sistema capitalista."

¿Y qué hay de la conexión cubana?

"Yo estoy muy metido con la música de la Isla desde unos veinte años atrás. Es increíble cómo con instrumentos que en España estuvieran desahuciados, ustedes crean una música fantástica. Y, bueno, nos envuelven los llamados palos de ida y vuelta, los tantos años de intercambios espirituales."

 

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