ROMA, 5 de abril (PL).—
Mientras miles de peregrinos colman las calles de esta capital para
dar su último adiós al Papa Juan Pablo II, fuentes vaticanas
informaron hoy que las campanas doblarán para anunciar la elección
del nuevo Sumo Pontífice.
Según informó el cardenal Piero
Marini, junto al humo blanco se sumará la innovación del repique
de las campanas de la Basílica de San Pedro para que el mundo
conozca que el colegio cardenalicio eligió al sucesor de Karol Wojtyla, de 84 años de edad, fallecido el sábado pasado.
Tradicionalmente, el colegio
cardenalicio, encargado de elegir al jefe de la Iglesia Católica,
lo anuncia con un humo blanco que sale por el fondo de la Capilla
Sixtina, tras quemar los cardenales elegibles las papeletas de la
votación.
Pero para evitar confusiones se
agrega ahora la nueva iniciativa, puntualizó Marini, responsable de
las celebraciones litúrgicas.
Ello se debe a que con humo gris se
comunica que todavía el colegio cardenalicio no ha conciliado
intereses, pues para designar al nuevo Sumo Pontífice este necesita
los dos tercios de los votos de los cardenales.
Si durante 30 votaciones permanece el
desacuerdo, entonces podrá ser elegido por la mayoría simple, de
acuerdo a lo dispuesto por Juan Pablo II, en 1996.
El anuncio de Marini coincidió con
el desfile de miles de personas por segundo día consecutivo ante el
cadáver de Juan Pablo II, expuesto y escoltado por guardias suizos
frente al altar mayor de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano.
Para despedir al Papa, primero eslavo
y no italiano en 455 años, decenas de miles de peregrinos colman
las calles romanas y hacen una cola de horas —y hasta dos
kilómetros de extensión— para llegar a la Basílica.
Se calcula que unos dos millones de
creyentes arribarán a esta capital para dar su último adiós al
llamado Papa viajero y de las multitudes.
Para acoger el arribo constante de
los creyentes por diferentes vías, las autoridades han desplegado
un fuerte dispositivo de seguridad y también habilitado campos
deportivos con casas de campaña, al no alcanzar alojamiento.