Cuadraturas e ironías de Ángel Ramírez

VIRGINIA ALBERDI BENÍTEZ

Ante la pintura de Ángel Ramírez es imposible dejar de sonreír e inquietarse. Son tantos los guiños cómplices, las travesuras de sus narraciones visuales, el sarcasmo de las representaciones, los desafueros paródicos y los retruécanos icónicos que el espectador, el que ahora mismo puede estar visitando su más reciente exposición en la galería Pequeño Espacio del Consejo Nacional de las Artes Plásticas, no puede dejar de saltar en su solo pie, aplaudir o, si se le ofrece, cerrar los ojos para no olvidar.

Una de las piezas de la más
 reciente muestra de Ramírez.

Recordemos quién es el artista. Nació en La Habana en 1954, graduado de la Escuela Nacional de Arte en 1977 y cinco años después del ISA, ha desarrollado una intensa carrera a través de numerosas exposiciones personales en La Habana, Tokio, México, San Juan entre otras ciudades y ha logrado que coleccionistas públicos e importantes de más de una decena de países se interesen por su obra. Además de pintor, goza de méritos como grabador. Más bien que mal ha cosechado elogios de tirios y troyanos en la crítica nacional y extranjera.

Ahora con Hay kuadros cuadrados —esa obsesión suya con las kaes— no solo nos permite conocer su más reciente creación y confrontarla con las otras muestras que invaden las galerías y salas expositivas del momento, sino también aproximarnos a una poética que se ha ido renovando fiel a sí misma. Porque Ángel profesa a ultranza una estética que se mueve entre la broma relamida y las ínfulas posmedievales. Lo mejor de todo es que el pintor no puede prescindir de la palabra y es por ello que sus magníficas imágenes se hacen acompañar por descargas verbales, en las que el ingenio y la agudeza se dan la mano con la propuesta visual.

Los íconos medievales y los caracteres cirílicos siguen siendo medio eficaz para que este Ángel habanero exprese buen arte y nos haga recordar a aquel Ángel de la Jiribilla, inquieto y burlón tan caro a Lezama Lima, guasón y crítico, protector contra el mal gusto y alerta contra las malas influencias sociales.

 

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