Encuentro histórico

Me complace dirigir mi saludo en primer lugar al Señor Presidente Doctor Fidel Castro Ruz, que ha tenido el gesto de venir a recibirme y al cual deseo manifestar mi gratitud por sus palabras de bienvenida, dijo Juan Pablo II al tocar suelo cubano en enero de 1998

ARMANDO PÉREZ FERNÁNDEZ

Cuando el Papa Juan Pablo II hizo su visita a esta capital, hace siete años, el mundo entero estuvo pendiente de su histórico encuentro con el presidente cubano, Fidel Castro.

No era la primera vez que el Sumo Pontífice y el líder cubano se reunían. En noviembre de 1996 ya habían sostenido una entrevista en la sede del Vaticano.

A su arribo a La Habana el 21 de enero de 1998, donde fue recibido por el presidente cubano y las autoridades eclesiásticas de la isla, Juan Pablo II se mostró satisfecho por la acogida.

Me complace —dijo— dirigir mi saludo en primer lugar al Señor Presidente Doctor Fidel Castro Ruz, que ha tenido el gesto de venir a recibirme y al cual deseo manifestar mi gratitud por sus palabras de bienvenida.

Santidad, expresó el mandatario cubano por su parte, pensamos igual que usted en muchas importantes cuestiones del mundo de hoy y ello nos satisface grandemente; en otras, nuestras opiniones difieren, pero rendimos culto respetuoso a la convicción profunda con que usted defiende sus ideas.

En Cuba encontrará un pueblo instruido, al que usted puede hablarle, con toda la libertad que desee hacerlo, y con la seguridad de que posee talento, elevada cultura política, convicciones profundas y toda la conciencia y el respeto del mundo para escucharlo, refirió el jefe de Estado cubano.

En su segundo día de estancia en la isla, el Papa realizó una visita de cortesía al Jefe de Estado cubano, en la que sostuvieron una conversación privada de más de 45 minutos de duración e intercambiaron regalos.

Al término de su histórico viaje Fidel Castro felicitó al Papa por el ejemplo que ambos habían dado al mundo.

"Usted, visitando lo que algunos dieron en llamar el último bastión del comunismo; nosotros, recibiendo al jefe religioso a quien quisieron atribuir la responsabilidad de haber destruido el socialismo en Europa", apuntó.

Juan Pablo II, por su parte, expresó nuevamente a la palestra pública su rechazo a las medidas del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba. Las consideró "injustas y éticamente inaceptables".

Así Juan Pablo II, el Papa viajero, se marchaba dejando un mensaje de paz y amor al pueblo cubano y su líder.

Tomado de Prensa Latina

 

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