Piezas de repuesto

Su derecho de nacer

ORLANDO GUEVARA NÚÑEZ

SANTIAGO DE CUBA.— La producción y recuperación de piezas de repuesto ha tenido un brusco descenso en esta provincia en los últimos tres lustros. De un valor de 20 millones de pesos en 1990, descendió a 8 en 1995; a 6,8 en el 2000 y a 4,2 millones en el 2004. Sin embargo, la importancia y necesidad de estas labores para la vitalidad de la economía y los servicios no han desaparecido.

Aprovechar al máximo talleres y máquinas herramientas.

Así, los equipos pierden su vida útil y dejan de aportar bienes y servicios, mientras se produce un incremento de los gastos en moneda libremente convertible por importar piezas que en muchos casos pueden ser producidas aquí.

Una interrogante se impone: ¿Tiene la provincia los medios necesarios para incrementar la producción y recuperación de piezas de repuesto?

Los documentos rectores del Partido, intervenciones del Comandante en Jefe Fidel Castro y pronunciamientos de la Comisión Nacional del Fórum de Ciencia y Técnica llaman a crecer, a producir y recuperar más piezas de repuesto, no como solución ocasional, sino como imperativo permanente de la economía.

La voluntad está clara, pero los mecanismos para materializarla no la respaldan como se requiere. El movimiento del Fórum aporta soluciones, pero son las entidades administrativas las encargadas de aplicarlas, y hasta este momento la mayoría de ellas no tiene planes definidos para producir y recuperar tales piezas. Si no hay planes, no existe presupuesto para adquirir recursos que permitan el aporte.

Un análisis realizado por el Grupo Coordinador Provincial del Fórum —integrado por prestigiosos especialistas— expresa la inconveniencia de que en el nivel nacional no hay una representación estatal rectora de la producción y recuperación de piezas de repuesto, y deja al arbitrio de cada organismo de la Administración Central del Estado las acciones. En la provincia se controla la gestión de las entidades a ella subordinadas, pero no la de aquellas que responden a los ministerios, cuyo potencial productivo es casi el 90% en el territorio.

Por medio del movimiento del Fórum se ha logrado que para el 2005 unas 45 entidades tengan elaborados sus planes de producción y recuperación, pero los compromisos son ínfimos, y no se corresponden con el potencial y las necesidades existentes.

En cuanto a las posibilidades de la provincia, hay datos elocuentes que respaldan la afirmación de que es posible un mayor aporte, pues hay 247 talleres que disponen de equipamiento para tales producciones. De ellos, 102 son especializados en esa tarea, mientras 79 sirven de apoyo.

Se cuenta con 1 253 máquinas herramientas, de las cuales 1 023 están en buen estado, muchas de ellas almacenadas sin función alguna, otras están subutilizadas.

Muchos de esos equipos están necesitados de que se cumpla lo planteado por la Comisión de Piezas de Repuesto del Fórum Nacional de Ciencia y Técnica en diciembre del pasado año, acerca del imperativo de atender y controlar las máquinas herramientas y trabajar en su modernización y automatización.

Personal calificado existe, aunque con la desventaja de que una máquina ociosa o subutilizada es también personal incluido en esas categorías.

En muchos casos el tema de la calidad interfiere la conciencia de producir y recuperar piezas en la provincia. Forma parte de la política del Estado cubano que nada debe producirse sin calidad, y sin salir de este territorio pueden encontrarse soluciones de calidad en lo que se produce.

El tratamiento térmico a las piezas, por ejemplo, es un factor decisivo en la calidad. La provincia posee en eso una capacidad también subutilizada, mientras que varias entidades dan por terminadas sus producciones sin aplicarles ese proceso. Quienes tienen los medios para ese proceder, no necesitan de la capacidad instalada. Los necesitados no acceden a él, principalmente por no disponer de financiamiento.

El Comandante en Jefe y las comisiones Nacional y Provincial del Fórum de Ciencia y Técnica han planteado una idea que materializada podría apuntar hacia una mejoría de la producción y recuperación de piezas de repuesto, es decir, la conversión de esta actividad en una industria nacional.

De tal manera, ese ingrediente importante de la economía y los servicios no estaría diseminado en varios organismos, en algunos casos priorizado y en otros no, sobrando en unos lugares y faltando en otros, al tiempo que los talleres especializados, sus equipos y especialistas serían mejor aprovechados y dejarían de responder a un sector, organismo o empresa para desarrollar una producción más universal, que incluya las necesidades de la población.

Existe un amplio trabajo en la conformación del llamado banco de problemas y en el de soluciones generalizables. La cuestión es aprovechar esos instrumentos.

 

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