|
El Vaticano desarrolla complejo
programa postmorten del Papa En
medio de la conmoción por la anunciada hoy muerte del Papa Juan
Pablo II, el Vaticano comenzó con rigor el proceso que sigue al
fallecimiento del jefe de la Iglesia católica impuesto por la
tradición y los pontífices
Roma, 2 abril (PL).—En medio de la conmoción por la anunciada hoy
muerte del Papa Juan Pablo II, el Vaticano comenzó con rigor el
proceso que sigue al fallecimiento del jefe de la Iglesia católica
impuesto por la tradición y los pontífices.
Por ahora y hasta que se elija un nuevo Papa, corresponderá al
actual camarlengo, el cardenal español Eduardo Martínez Somalo,
ejercer la máxima autoridad en la Santa Sede.
A Martínez Somalo también correspondió constatar oficialmente el
deceso de Juan Pablo II golpeando su frente con un pequeño martillo
de plata y decir vere papa mortus est, de verdad el papa está muerto
y comunicarlo para que fuera anunciado al mundo.
El camarlengo debió romper el anillo del Papa y también deberá
sellar sus aposentos.
De acuerdo con la tradición el cuerpo sin vida debe ser vestido con
los paramentos pontificios, la mitra blanca en la cabeza, la capa
roja que se usa para celebrar las misas y cuyo color es el de luto
de los Papas, la estola blanca con cruces negras, símbolo de la
dignidad.
Como parte de esos ritos, sus restos se exponen al público en la
basílica de San Pedro y los funerales solemnes se realizan tres días
después del deceso.
Mientras, los cardenales celebran durante nueve días los Novendiali,
las exequias por el alma del difunto.
Al funeral, o missa poenitentialis, presenciada por los cardenales y
oficiada por el alemán y presidente de la Congregación para la
Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger, asistirán delegaciones de
estado de todo el mundo.
Según dispuso Juan Pablo II en la Constitución apostólica de 1999,
excepto algún motivo especial, su cuerpo será sepultado entre el
cuarto y sexto día después de su muerte.
Por la duración de las exequias, con anterioridad, los cuerpos de
los papas eran embalsamados para lo cual se les retiraba los órganos
internos, pero Pio X eliminó esa práctica.
Para relevar al Sumo Pontífice, la Santa Sede convoca al conclave
del colegio cardenalicio que comenzará los debates por lo menos dos
semanas después del deceso.
El colegio cardenalicio reunido en la Casa de Santa Marta, a la
izquierda de la Basílica de San Pedro, designará al Sumo Pontífice
entre los 117 cardenales menores de 80 años, 58 europeos, 14
norteamericanos, 21 latinoamericanos, 11 africanos, 11 asiáticos y
dos de Oceanía.
Para ello, se mantendrán incomunicados con el mundo exterior, pero
en el momento de la votación se trasladarán a la capilla Sixtina.
Si en 30 votaciones el Papa propuesto no alcanza los dos tercios de
los sufragios necesarios para ser elegido, entonces la designación
se realizará con la mayoría sencilla.
Desde el balcón del Vaticano, los cardenales anuncian los resultados
de sus concilios con señales de humo, si este es negro no se
pusieron de acuerdo, pero si es blanco eligieron al nuevo Papa.
Entonces el más mayor de los cardenales anuncia desde el balcón del
Vaticano: Habemus Papam.
|
|
|