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Copa Marcelo Salado
Un botín dentro del agua
Las piscinas estaban
con el agua caliente y el reto ahora es poder mantenerlas así
Rafael
Pérez Valdés
Es
un botín humano, no el de oro y plata que siglos atrás, en la
época de los piratas, fue a parar en no pocas ocasiones al fondo de
un océano. Claro, en el futuro ellos pudieran ganar nadando
medallas de ese tipo y traerlas para nuestro país...
Luisa Mojarrieta, ex
nadadora, y nueva jefa de entrenadores del equipo nacional, llegó
el martes al borde de la pileta, a eso de las 8:30 a.m., y se fue...
¡cerca de las 10:00 p.m!, durante la jornada más extensa de la
Copa Marcelo Salado.
"Lo
más interesante ha sido ver a muchachos talentosos, aunque con
muchos defectos técnicos. De aquí a algunos años se podrán ver
resultados con ellos. Tenemos el personal calificado para trabajar.
Lo que necesitamos es lo mínimo: una piscina funcionando todo el
año", comentó Mojarrieta.
La Copa Marcelo Salado,
por cierto, ha vuelto a ser muy concurrida: unos 300 competidores de
casa, y alrededor de 220 visitantes, provenientes de seis países, a
los cuales se sumaron los estudiantes de la Escuela Internacional de
Educación Física y Deportes.
El grupo lo integraron
México (más de 100 competidores), Venezuela (igual cifra), El
Salvador, Ecuador, República Dominicana (clavados), Chile
(natación) y España (natación de la categoría de veteranos),
según nos informó Luis Padilla, a cargo de los deporte acuáticos
del INDER.
Los encartados lamentan
la ausencia del tan importante cronometraje electrónico, pues se ha
estado utilizando el manual, obsoleto y poco confiable: "Los
visitantes desean marcas exactas", escuchamos decir.
Y también oímos cosas
gratas: se rescató la pileta corta de calentamiento, con
recirculación y agua climatizada (luego de años con problemas), y
las tres piscinas tenían temperaturas entre 25 y 27 grados. ¡El
reto es mantenerlas...! |