Ganaderos no se cruzan de brazos

ENRIQUE ATIÉNZAR RIVERO

CAMAGÜEY.— Los ganaderos veteranos como Jesús Rodríguez, quien atiende el frente de producción animal en la empresa pecuaria Triángulo Tres, conocen que 1944 lo nombraron aquí "el año del cuero" porque aparecían vacas muertas donde quiera por la seca tan grande que hubo en esa época, comparable con la que atraviesa actualmente el territorio.

Foto: JUAN CARLOS MEJÍASUnas 116 000 reses han sido
 trasladadas a lugares con aseguramiento de agua y alimentos.

A diferencia de entonces, hoy en las vastas llanuras camagüeyanas la estrategia es proteger los vacunos, sobre todo la masa hembra joven, e integrar voluntades para mover más de 160 000 cabezas de ganado hacia lugares con aseguramiento de agua y alimentos.

Triángulo Tres, con cerca de 2 000 caballerías y ubicada en los alrededores de la ciudad de Camagüey, se ve envuelta en estas faenas recuperativas. Las Catalinas, unidad básica de producción cooperativa que tributa caña para el central Panamá, es punto obligado de referencia en esta batalla, y se localiza en el macizo cañero Las Quinientas, a más de 15 kilómetros al Sur de esta ciudad.

A Las Catalinas, después de dejar la asfaltada carretera, desde donde se divisan los potreros amarillentos como arrasados por un huracán, es posible llegar sorteando un polvoriento terraplén. Allí, a simple vista, pueden verse animales pastando hierba de guinea, paraná o una que otra caña, no considerada en el balance molible de la fábrica azucarera de Vertientes.

Albérico Morales Leal, director de Triángulo Tres, comenta que en Las Catalinas, de una topografía de relieve bajo, hay unos 500 animales de la granja Las Mercedes que afronta la situación más crítica como consecuencia de la sequía.

Los efectos negativos de la ausencia de precipitaciones también son visibles en Las Delicias y en la granja genética Los Pinos.

Por los pronósticos de los científicos y estudiosos del clima, los ganaderos saben que habrá que coexistir con la sequía; por ello están trabajando para buscar una salida definitiva a los problemas del agua, con molinos de viento (tienen unos 30 nuevos montados), en el mantenimiento de diferentes tipos de bombas y la ayuda cooperada del Centro Integrado de Tecnología Apropiada (CITA), del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos.

Durante los últimos años la empresa llegó a producir hasta 7,5 millones de litros de leche, pero ya en el 2004 no sobrepasó los seis millones.

Jesús Rodríguez, de 70 años de edad y quien ha dedicado casi toda su vida a este sector, no desconoce la severidad del clima: "Aquí nosotros tenemos un pozo utilizado desde hace mucho tiempo, y hoy mediante un molino de viento se aprovechan sus reservas.

Lo primero para mantener buenos resultados en la ganadería es el manejo de los animales, después el agua y la alimentación, comenta Rodríguez, y prosigue: "El secreto es trabajar con amor, no hay otro".

El trabajo es incesante, de día y de noche, en el movimiento de ganado de un lugar a otro, hacia donde haya agua, o para levantar cercas. Hasta la fecha en Triángulo Tres se han construido no menos de seis kilómetros de cercas para delimitar las áreas, y para que pasten las vacas. El mayor trasiego se ha realizado a pie, y en menor escala, en rastras hacia regiones lejanas.

El ingeniero Joaquín Lezcano, subdelegado de Ganadería en la dirección de la Agricultura en esta provincia, explica que para preservar la ganadería se utilizan ahora como áreas de forraje plantaciones de caña de demolición.

También aportan a la alimentación seis centros de acopio y de limpieza de caña.

Informó además que en la parte Sur del territorio las fuentes subterráneas de agua tienen un poco más de vitalidad y se mantienen determinadas potencialidades de alimento, razón por la cual es hacia esa zona que se traslada el grueso de los animales.

Estimula saber que han abierto más de 300 pozos y trabajado con otros establecidos en las arroceras, de buena profundidad, a los que se les han instalado turbinas y cabezales, y hacia donde no se pierde la oportunidad de enviar vacunos.

Es opinión compartida por muchos hombres y mujeres de este sector que jamás se había visto una situación como la actual, incluso —según Joaquín, con 28 años de experiencia en la rama—, en Guáimaro, zona de pozos muy buenos, estos se han achicado, lo cual obligó a mover el ganado para disminuir las pérdidas por muertes, que no fueron pocas en el 2004 en Camagüey, provincia que, superada la etapa más compleja del periodo especial, empezó a mejorar y llegó a producir 90 millones de litros de leche anuales, cifra que ha mermado actualmente.

 

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