El socialismo y el hombre en Cuba

A 40 años de la publicación de ese texto en el semanario uruguayo Marcha y en la revista Verde Olivo, los cubanos seguimos siendo protagonista multifacéticos de la Revolución

IRAIDA CALZADILLA RODRÍGUEZ

En marzo de 1965 la Revolución cubana es una realidad que se consolida. Pasaron los días difíciles de Girón y la crisis de los cohetes, los planes contrarrevolucionarios del Gobierno norteamericano han fracasado, y el socialismo se presenta en la Isla con rasgos propios, auténticas formas de realización, y se vuelve bandera de esperanza y certidumbre para los seres humanos que aspiran a un planeta mejor.

Foto: RAFAEL TORRESDoctor en Ciencias Filosóficas José Ramón Herrera Medina.

Es ese el entorno que acompaña al Comandante Ernesto Che Guevara en su recorrido por el continente africano y, entre las responsabilidades que ha de cumplir, el tiempo escasea. Sin embargo, envía a Carlos Quijano, del semanario uruguayo Marcha, un paradigmático texto que en Montevideo vería su luz el día 12 de ese propio mes y en Cuba se publicaría por primera vez en la revista Verde Olivo: El socialismo y el hombre en Cuba.

El doctor en Ciencias Filosóficas José Ramón Herrera Medina, investigador del Instituto de Historia de Cuba, antes de comentar sobre los principales planteamientos teóricos del artículo, precisa en los antecedentes que posibilitaron al Che incursionar con exactitud y agudeza en los problemas teóricos del proceso de grandes transformaciones revolucionarias que se produjo en Cuba.

En ese sentido, apunta que fue uno de los alumnos más aventajados de la escuela de la Sierra Maestra, dirigida por Fidel: "Junto a otros destacados combatientes asimiló las enseñanzas del Comandante en Jefe, y a sus peculiaridades de guerrillero y oficial de aquel singular ejército, agregó la de convertirse en cronista militar de la contienda, y en intérprete de las ideas tácticas y estratégicas de Fidel tanto en el terreno militar como en el de la política revolucionaria."

A su juicio, un planteamiento medular explicado con claridad en ese texto es el papel del individuo, la masa y los dirigentes: "El Che refuta a los voceros capitalistas que planteaban que el socialismo abolía al individuo en aras del Estado. Así, estableció los hechos tal como ocurrieron antes del 59 y como se presentaban en ese instante. Es decir, durante la lucha revolucionaria los individuos desempeñaron un papel fundamental y la fuerza individual indiscutible en aquellos difíciles momentos fue Fidel, con una autoridad ganada como jefe por su moral, visión de futuro y constancia en la lucha.

"Pero algo muy importante sucedió en los combatientes del Ejército Rebelde, quienes con su actitud honesta, valiente y desinteresada, sin saberlo ni pretenderlo, representaban lo nuevo y revolucionario incubado en lo profundo de la sociedad cubana. El Che escribió que en la actitud de nuestros combatientes se vislumbraba el hombre del futuro."

Explica que, a partir del Primero de Enero de 1959, las masas populares aparecen cada vez más fuertes y conscientes en la confrontación con el enemigo, a la vez que más estrechamente identificadas con la sociedad nueva que les pertenecía.

"Guevara define que la masa se convirtió en protagonista multifacético de la Revolución, y para los que fuera de Cuba no entendieron nunca el fenómeno, suscribió: `Es verdad que sigue sin vacilar a sus dirigentes, fundamentalmente a Fidel Castro, pero el grado en el que él ha ganado esa confianza responde precisamente a la interpretación cabal de los deseos del pueblo, de sus aspiraciones, y a la lucha sincera por el cumplimiento de las promesas hechas' (...)."

El también coronel de la Reserva acota que cuando en un país se hace una Revolución como la nuestra, es necesario recorrer un largo y difícil camino para crear la base material y técnica del socialismo, evadiendo la tentación de utilizar los caminos trillados del capitalismo.

"El Guerrillero de América lo expresó con sencillez: para construir el comunismo, simultáneamente con la base material hay que hacer al hombre nuevo, un hombre que no esté estimulado únicamente por el interés material. `De allí que sea tan importante —escribió— elegir correctamente el instrumento de movilización de las masas. Este instrumento debe ser de índole moral, fundamentalmente, sin olvidar una correcta utilización del estímulo material, sobre todo de naturaleza social' (...)."

Otro concepto es el de plenitud y libertad: "Cuando el hombre toma conciencia de producir para la sociedad y no para enriquecer al dueño de los medios de producción, entonces se verá reflejado en su propia obra, que es en beneficio de toda la sociedad, incluyéndolo a él como individuo. Esta condición, junto a la posibilidad de expresarse y hacerse sentir en el aparato social, lo convierten en un hombre más libre y pleno", acota.

Acerca de los jóvenes, se afirma en el documento que es la arcilla maleable con que se puede construir al hombre nuevo sin ninguna de las taras anteriores, y Herrera comenta que el trabajo con ellos garantiza una nueva generación de revolucionarios, paradigma que nuestro proyecto siempre ha tenido presente y se manifiesta en el quehacer cotidiano, y en la ayuda y cooperación desinteresada a otros pueblos.

Un último y vital aspecto aborda Guevara en el texto: la Revolución se hace a partir del hombre, pero este tiene que forjar día a día su espíritu revolucionario: "Así vamos marchando. A la cabeza de la inmensa columna —no nos avergüenza ni nos intimida al decirlo—, va Fidel, después, los mejores cuadros del Partido, e inmediatamente, tan cerca que se siente su enorme fuerza, va el pueblo en su conjunto, sólida armazón de individualidades que caminan hacia un fin común (...)."

Tras 40 años de su publicación, El socialismo y el hombre en Cuba permanece justamente por su raigal vigencia. Los cubanos no hemos cedido "ni un tantico así" al enemigo, y seguimos siendo esa masa protagonista multifacética de la Revolución como la vio el Che.

 

| Portada  | Nacionales | Internacionales | Deportes | Cultura |
| Cartas | Comentarios | Ciencia y Tecnología | Lapizcopio| Especiales |

SubirSubir