A propósito de los derechos humanos

Niños iraquíes: ¡estad alertas¡

ELSON CONCEPCIÓN PÉREZ

A la alta y millonaria cifra de niños que mueren cada año como consecuencia de enfermedades curables. De los que quedan huérfanos al morir sus progenitores víctimas del SIDA. A los más de 2 millones que ejercen la prostitución como medio de subsistencia. O a los millones que, a pesar de su corta edad, trabajan con salarios ínfimos o sin salarios. A todo lo anterior súmanse ahora los casos horripilantes de menores presos en la prisión de Abu Ghraib, allí donde los soldados y oficiales norteamericanos han torturado hasta matar a muchos civiles indefensos.

Vulgar violación de los más elementales y sagrados derechos humanos: el de los menores.

Y me pregunto: ¿Será analizada esta situación en la Comisión de Derechos Humanos, en Ginebra?

¿Qué Estado o institución presentará la denuncia?

El tema del confinamiento de menores en la cárcel de Abu Ghraib evidencia el drama de una infancia, víctima de ataques estadounidenses, en el infierno de la cruel e injusta guerra que pronto cumplirá dos años, y de la que nadie escapa en el país ocupado.

Resulta que hay testigos de las investigaciones sobre las torturas aplicadas por los militares estadounidenses en la cárcel de Bagdad, que han revelado ahora que entre los prisioneros había niños, que no aparentaban tener más de ocho años, uno de los cuales lloraba y pedía hablar con su madre.

Según reporta ANSA, en julio del 2004, medios de comunicación alemanes denunciaron detenciones y torturas de menores iraquíes por soldados norteamericanos y de otros países de la coalición que ocupa Iraq, incluso en Abu Ghraib.

El portavoz de la Cruz Roja Internacional, Florian Westphal, entrevistado por la red SWR, dijo que, entre enero y mayo, 107 niños fueron registrados por la organización en 19 visitas a seis cárceles.

Es muy común en Bagdad y otras ciudades oír noticias referidas a la detención de mujeres e infantes, en el curso de rastrillajes en busca de sospechosos involucrados en ataques contra las fuerzas estadounidenses.

Y, aunque en general esas informaciones no tienen seguimiento y termina por desconocerse la suerte de las víctimas, las crónicas diarias hablan de hechos de sangre y del sufrimiento de los pequeños.

Se refleja que el sitio no oficial Iraqbodycount.net, recoge que desde principios de la guerra, en marzo del 2003, entre 16 389 y 18 670 civiles perdieron la vida en los bombardeos y ataques de los militares extranjeros.

Aunque el mando norteamericano se ha encargado de que no se conozcan con exactitud las cifras de niñas y niños muertos como consecuencia de la invasión y ocupación, fuentes médicas iraquíes mencionaron que el nivel de mortalidad infantil es actualmente de 125 por mil.

Se recuerda, por ejemplo, cuando el 30 de septiembre del pasado año, en el centro de Bagdad, 37 niños, que acudieron a tomar caramelos que les ofrecían los militares norteamericanos, murieron en la explosión de tres coches bomba.

Todo parece indicar que los menores fueron usados como escudos humanos por los militares, que se sabían sometidos a ataques de ese tipo por la resistencia iraquí.

Tampoco, esta denuncia pienso que llegue a la CDH de Ginebra.

De igual forma, hasta los propios oficiales norteamericanos reconocen que muchos niños perdieron la vida a causa del "fuego amigo" de los soldados de Estados Unidos.

El propio despacho de la agencia italiana de prensa recuerda que en mayo del 2004, a las impresionantes imágenes de las torturas contra los detenidos de Abu Ghraib, se sumaron las de un video que mostraba los efectos de un bombardeo de helicópteros estadounidenses sobre una fiesta de bodas en Mogr el Dib, cerca de la frontera con Siria.

En el ataque murieron al menos 41 personas, en gran parte mujeres y niños, mientras que en la noche del 7 al 8 de enero, un F-16 de Estados Unidos lanzó una bomba de 250 kilos sobre una casa en un pueblo de Aaytha, cerca de la ciudad de Mosul, Norte de Iraq, matando a los 14 integrantes de una familia, siete de los cuales eran infantes.

Existe el testimonio de un ex marine, Jimmy Massey, quien al opinar en el procedimiento de pedido de asilo a Canadá de un compañero desertor, aseguró que en el 2003 su unidad mató a por lo menos 30 civiles entre los que había mujeres y niños.

Seguro que existen otros muchos ejemplos de cómo los niños y niñas iraquíes viven expuestos a la brutalidad de una fuerza militar foránea que viola de forma sistemática los derechos humanos de cada persona y familia del país árabe, y en especial de los menores de edad.

 

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