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Ciencia y
Desarrollo en la Globalización
Hay que pensar el mundo
José
A. de la Osa y Joaquín Rivery Tur
Hay que poner en
evidencia el carácter histórico de la globalización neoliberal, y
subrayar que no se trata de un destino inexorable de la humanidad,
sino, al contrario: es el resultado de profundos cambios en las
relaciones económicas, sociales, políticas y culturales como
consecuencia de "políticas precisas" que triunfaron en los duros
enfrentamientos de las últimas décadas.
En otras palabras,
proclamó ayer el sociólogo brasileño Emir Sader, la hegemonía
neoliberal es expresión de una encarnizada lucha de clases entre el
gran capital financiero, en la época imperial del capitalismo, en
que la liberalización económica representa la libertad sin
límites del capital para explotar los recursos naturales, las
materias primas y, sobre todo, la fuerza de trabajo en todos los
rincones del mundo y el resto de la humanidad.
En una intervención en
la Comisión Especial Ciencia y Desarrollo en la Globalización,
moderada ayer por Fidel Castro Díaz Balart, asesor científico de
la presidencia del Consejo de Estado, Sader aseguró que al igual
que fue construida históricamente, "la globalización neoliberal
puede ser cambiada, transformada, destruida, reconstruida y
revolucionarizada".
Por ello hizo un llamado
a los intelectuales y a los economistas en general reunidos en este
evento internacional a contribuir a que la gente "piense el mundo" y
deje de pensar en él como algo opaco, ajeno, que comanda a los
hombres "desde afuera y desde arriba", reduciéndonos a todos a
seres pasivos, incapaces de definir los destinos de la humanidad
según nuestra voluntad e intereses.
En la sesión especial
intervinieron también América Santos, viceministra del Ministerio
de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), con la ponencia
Globalización, propiedad intelectual: ¿de quién fue la idea?, y
Agustín Lage, director del Centro de Inmunología Molecular, quien
habló sobre la biotecnología y su impacto en la salud pública
cubana.
Se puso de relieve que
la creciente privatización y monopolización del progreso
científico-técnico por un pequeño número de países y
corporaciones transnacionales, reduce a la mínima expresión los
grados de libertad para la elección y el acceso respecto a las
intervenciones estratégicas o tecnológicas apropiadas para lograr
el desarrollo humano.
Asimismo, teniendo en
cuenta que en los países en vías de desarrollo existe una escasa
cultura en materia de Propiedad Intelectual o insuficiente o
inexistente percepción de su trascendencia para el quehacer
tecnológico, de servicios y de comercio, resulta indispensable y a
la vez un reto y un desafío —se subrayó— la formación de
recursos humanos con mayor preparación integral, capaz de hacerse
oír y defender los intereses de nuestros países en los diferentes
mecanismos y foros internacionales.
Ayer fue presentado el
libro Cooperativismo y administración, del doctor Alberto Rivera,
de Cuba. |