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Educadores cubanos en México
Los frutos de una amistad
IRAIDA CALZADILLA
RODRÍGUEZ
Nayarit está enclavado
al Noroeste de México, en el declive de la Sierra Madre Occidental
y el Océano Pacífico, y posee en sus 21 municipios una población
de 920 185 habitantes, de los cuales el 9,4% de quienes tienen más
de 15 años son analfabetos. Hasta ese estado llegó la cooperación
cubana en el campo de la Educación con el método Yo sí puedo,
y a un año de su aplicación ya 4 790 personas dejaron de ser
iletradas.
Luisa Campos, Salvador García
y Zobeida Suárez coinciden en que
el libro Los frutos de una amistad
es la expresión de la solidaridad
entre cubanos y nayaritas.
En ese tiempo también
nació un hermoso testimonio: Los frutos de una amistad, un
pequeño libro escrito por cubanos y nayaritas que es otra
expresión de solidaridad entre pueblos hermanos, al decir de
Salvador García, coordinador de los Proyectos de mejoramiento de la
calidad educativa.
El también director de
secundarias generales en la región está en nuestro país a
propósito de los congresos Pedagogía 2005 y Mundial de
Alfabetización, y afirma que la publicación constituye el modesto
esfuerzo del Gobierno del estado de Nayarit para dar a conocer la
importante cifra de alfabetizados en corto tiempo, y el beneficio
que a sectores de la sociedad ha reportado el método cubano.
El texto lleva al lector
por la historia de Nayarit, por la necesidad de alcanzar la
alfabetización para beber de las fuentes de la libertad, la
experiencia educacional que hoy se lleva adelante, y un capítulo
dedicado a lo que se ha hecho para que el aprendizaje sea posible en
jóvenes, adultos, indígenas, inmigrantes, reclusos y personas con
necesidades educativas especiales.
"El
programa ha dado luz a sus vidas y las ha convertido en seres
humanos abiertos al conocimiento y a la interrelación con sus
semejantes", afirma Salvador García, y después comenta cómo hasta
personas de 96 años se alfabetizaron en los municipios de Santiago
y Jala, y un niño con trastornos en el lenguaje logró deletrear en
solo siete semanas: "Ni en sueños imaginé el gran impacto que ha
tenido el Yo sí puedo".
Los autores cubanos,
colaboradores en Nayarit, son Luisa Campos, Zobeida Suárez, Emilio
Montes de Oca, Sergio González y Sixto Jiménez.
Para Zobeida, directora
de Educación en el municipio camagüeyano de Guáimaro, y presente
también en estos congresos de educadores, lo más impactante de la
experiencia ha sido el cariño recibido de personas humildes en las
localidades de Tecuala, Acaponeta, Huajicori, Tuxpan, Ruíz,
Rosamorada, Tepí y Santiago Ixcuincla.
En especial habla de la
familia de los Cora, "son 12, muy pobres, a quienes atiende la
facilitadora mexicana Delia Cervera. Para ellos aprender a leer y
escribir, y contar con televisor y video en su rancho ha sido
tremendo".
También en La Habana se
encuentra Luisa Campos, directora del Museo de la Alfabetización.
Para ella, asesorar en los municipios de San Pedro Lagunillas,
Compostela, Bahía de Bandera, San Blas, Tepique y Jalisco significa
un compromiso con su generación porque no participó en la
experiencia cubana de 1961, pero considera que esta es similar.
Luisa, que no puede
desprenderse de su vocación por guardar la memoria histórica,
anuncia que ya en Nayarit prevén crear la Casa de la
Alfabetización. "Cuentan con las cartas de los alfabetizados, los
expedientes de los facilitadores, los informes de las diferentes
etapas, los materiales auxiliares para apoyar el método cubano, y
el libro". |