Coloquio Diálogos cubanos con El Quijote

400 años después de irradiar bajo la luz de un candil

Sonia Sánchez

La importancia de lo lingüístico en Don Quijote de la Mancha, resalta a 400 años de que Miguel de Cervantes y Saavedra trajera a la luz la obra cumbre de la literatura castellana y una de las más leídas internacionalmente en todos los tiempos.

Como homenaje, el recinto de la capitalina Fortaleza de San Carlos de La Cabaña inauguró durante la jornada matutina de este viernes de la XIV Feria Internacional del Libro de La Habana, en la Sala José Antonio Portuondo, un coloquio a tan significativa recordación en el que disertaron el doctor Gregorio Salvador, vicepresidente de la Real Academia de la Lengua Española; el poeta César López; la escritora y directora de la revista Revolución y Cultura, Luisa Campuzano, y el presidente de la Academia Cubana de la Lengua, Lisandro Otero.

"El Quijote fue esa sorpresa de prosa clara en un momento donde la literatura se la están repartiendo tendencias fundamentalmente barrocas o bien culteranas —observó Salvador. `¿Pero qué es, por qué se escribió? Fue lo que llamamos hoy un best sellers'". El académico hispano recuerda que, para asombro de todos, a pesar de la extensión del texto y habiendo sido escrito en el siglo XVI, una época de analfabetos, la gente lo compraba. Era leído por alguien que sabía, en las largas veladas bajo la luz de un candil, un capítulo cada noche y cumplía la función que hoy tienen las telenovelas, "un producto que se podía tomar por cualquier parte y tener un sentido, una independencia en sí mismo".

Miguel de Unamuno y Ortega y Gasset nos guiaron en la lectura de El Quijote, observó César López, mientras nuestra Dulce María Loynaz lo situó en "su justo lugar en la historia por pertenecer a la verdad, la posteridad y el amor a los hombres". Campuzano rememoró la presencia de El Quijote en la narrativa de Alejo Carpentier. Lisandro Otero dijo que la lección del Hidalgo de la Mancha está en que en su búsqueda de un orden más armónico y justo, los humanos se encaran a aflicciones que no siempre pueden vencer, "aunque en la derrota, dejan sembrada la semilla de futuras victorias".

 

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