PARÍS, 19 de enero (PL).—
La huelga iniciada esta semana por los trabajadores del correo,
seguida hoy por los del sector del transporte, el gas, la
electricidad y los cirujanos, paralizó en gran medida a Francia.
El llamado de la sección de
ferrocarriles de la Confederación General del Trabajo (CGT) fue
acatado por el 39 por ciento del total de los 163 mil empleados de
la estatal empresa nacional de ferrocarriles (SNCF).
La SNCF, que situó la participación
en el paro en un 36,9 por ciento, analiza este miércoles la
supresión de tres mil 590 puestos laborales en este año, aunque
anunció la creación de 300 empleos adicionales, en un intento por
aplacar las protestas obreras.
Esa compañía busca con la
reducción de su plantilla ahorrar unos 146 millones 900 mil
dólares por concepto de pago de salarios.
Por su lado, el responsable de la
referida sección sindical del transporte galo, Didier Le Reste,
calificó de éxito la huelga.
De un promedio de tres trenes de alta
velocidad sólo circuló uno, en tanto trabajó uno de cada cuatro
del tipo Corail, de largo recorrido, y entre el 16 y el 40 por
ciento del transporte suburbano que llega a esta urbe.
La dirección de la SNCF publicó en
la prensa, por primera vez, el horario de los escasos trenes que
circularían, lo cual llevó a la defensa del derecho al paro
laboral por el secretario general del gremio Fuerza Obrera,
Jean-Claude Mailly.
Esta segunda jornada de protestas
pone en dudas el respaldo del gobierno centroderechista del primer
ministro Jean-Pierre Raffarin, pues el 65 por ciento de los
franceses simpatiza con los reclamos de los huelguistas, según
recientes encuestas.
Los parados protagonizan las
protestas más importantes de los últimos dos años, aunque
Raffarin rechazó los paralelismos entre estas jornadas de demandas
callejeras y las que causaron la caída del gabinete, en 1997.
El presidente galo, Jacques Chirac,
desea una flexibilización de la semana laboral de 35 horas para
recortar el desempleo, el cual se sitúa ahora en un 10 por ciento,
pero los gremios temen que ello se traduzca en más horas de trabajo
sin aumento de salarios.
La suspensión de las labores del
sector del transporte se unió al acatamiento del 30 por ciento,
según los sindicatos del sector, y 12 ,5, de acuerdo con cifras del
gobierno, de un llamado al paro de los trabajadores de la empresa
Electricidad de Francia (EDF).
De acuerdo con el presidente de EDF,
Pierre Gadoennix, esa compañía estatal desea recuperar unos nueve
mil 750 millones de dólares antes del 2007, de cuya cifra el 20 por
ciento procedería de los recortes en gastos de personal.
Asimismo, el 70 por ciento de tres
mil 100 cirujanos acató la convocatoria a una huelga para demandar
aumentos de sus haberes en una jornada denominada "mesas de
operaciones blancas", en la que solo se garantizaron los
servicios de urgencia.
Por otro lado, otros cinco millones
de empleados públicos, en su mayoría maestros, se lanzarán
mañana a las calles, junto a otros colegas de la Salud, para
también exigir una mejora salarial.