Alertan sobre necesidad de políticas para proteger a la población ante catástrofes
Destacan ejemplos de
Cuba y de Viet Nam en la creación de sistemas de alerta que
disminuyen secuelas de estos fenómenos
NACIONES UNIDAS, 18 de
enero.—El coordinador de Operaciones Humanitarias de la ONU, Jan
Egeland, sostuvo hoy que reducir desastres no es solo cuestión de
tecnología sofisticada, sino también de comunicación y
educación.
Niños de Banda Aceh, Indonesia, entre los más afectados por la reciente catástrofe que afectó a las islas del Sudeste asiático.
Al dirigirse a la
Segunda Conferencia Mundial sobre Reducción de Desastres que
comenzó en Kobe, Japón, abogó porque los países adopten
políticas con metas orientadas a disminuir los efectos de las
catástrofes.
Asimismo, tengan planes
de acción sustentados en estructuras y recursos dedicados a tales
eventualidades.
La población debe estar
en el centro de los sistemas de alerta en comunidades vulnerables,
dijo el funcionario que en las últimas semanas elogió en varias
ocasiones aquí la organización de Cuba frente a calamidades.
Subrayó que dondequiera
que existan esos peligros, los niños deben aprender cómo vivir
más seguros con las potenciales amenazas de la naturaleza a su
alrededor como parte de una educación básica.
Egeland propuso también
que en los próximos 10 años, un 10% de los miles de millones de
dólares que se gastan en el socorro por desastres se dedique a
reducir sus riesgos.
Al referirse a los
mejores resultados cuando gobiernos y organizaciones comunitarias
actúan en conjunto, mencionó de nuevo a Cuba, junto a Viet Nam,
como países que muestran cuántas pérdidas pueden evitarse cuando
la población es alertada.
Planteó, asimismo, la
necesidad de revisar en forma radical los modelos de desarrollo de
tal manera que la gestión y reducción de riesgos se conviertan en
elemento central en una política de desarrollo sostenible.
El foro de Kobe dedica
particular atención a devastadores fenómenos en los últimos meses
como los ciclones en el Caribe, en septiembre pasado, y el sismo y
los maremotos en el Sur de Asia el 26 de diciembre último.
Se aspira a impulsar la
extensión de sistemas de alerta temprana en todas las regiones del
mundo. (PL)
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