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Las tropas de Estados Unidos enviadas al sudeste asiático tras el
cataclismo serán retiradas tan pronto como se pueda, anunció el
Pentágono, en un intento por disipar los temores suscitados por la
presencia militar en la región.
La Casa Blanca, que en un inicio ofreció una ayuda
irrisoria a las naciones devastadas por los tsunamis, desplegó
después en el Océano Indico miles de soldados, más de 50
helicópteros y varios barcos de guerra, entre ellos el portaaviones
Abrahan Lincoln.
"No queremos estar mucho tiempo aquí",
afirmó el subsecretario de defensa estadounidense, Paul Wolfowitz,
quien visitó hoy la provincia de Aceh, la más afectada por el
terremoto y las olas gigantes del pasado 26 de diciembre.
El número dos del Pentágono aclaró, sin embargo,
que aún es demasiado temprano para precisar una fecha sobre la
retirada del contingente militar.
El vicepresidente de Indonesia, Jusuf Kalla,
declaró esta semana que todas las tropas extranjeras saldrán de
Aceh antes del 26 de marzo y que serán sustituidas por médicos e
ingenieros.
Tres meses son suficientes, dijo Kalla, quien
precisó que sólo en esa provincia están presentes ejércitos de
unos 10 países.
El presidente de Indonesia, Susilo Bambang
Yudhoyono, advirtió a los embajadores de Estados Unidos, Japón,
Singapur y otras naciones que no intervengan en el problema interno
en Aceh.
Observadores políticos ven con escepticismo el
despliegue militar sin precedentes en una región donde desde hace
casi tres décadas existe un conflicto separatista.
Otros expresaron su temor de que Estados Unidos
aproveche el desastre para estacionar sus tropas de forma permanente
en una región de gran importancia estratégica.