| Equidad, aporte mayor de la Educación cubana
IRAIDA CALZADILLA RODRÍGUEZ
Héctor Valdés Veloz no tiene que
pensarlo dos veces: el mayor aporte de la Educación cubana al mundo
es la equidad alcanzada en su sistema integral de enseñanza: "Hay
que ver cómo un país pobre en recursos económicos logra la
distribución equilibrada del saber. Esa es una contribución
fundamental".
Cuba reposiciona al docente y pondera el papel del maestro como educador, explica el doctor Héctor Valdés Veloz.
El director del Instituto Central de
Ciencias Pedagógicas (ICCP) abunda en que tanto en el estudio
internacional del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la
Calidad de la Educación como en los operativos nacionales con ese
propósito, se ha verificado que Cuba es el país con menos brecha
entre los resultados del sector rural y el urbano, así como entre
niños y niñas.
"Sus
pequeñas diferencias no son estadísticamente significativas, lo
que demuestra la existencia de una distribución homogénea del
saber. En contraposición, el resto de las naciones de la región se
caracteriza por mostrar grandes desigualdades en los resultados
entre el sector urbano y el rural, el privado y el público, y
niños y niñas."
Valdés Veloz anota otro importante
aporte que, puesto en marcha apenas unos cursos atrás, hoy
perfecciona sus alcances: la nueva escuela cubana vista desde las
transformaciones de los modelos de la enseñanza primaria y de la
secundaria básica.
El maestro como formador de valores es uno de los principios de la Educación cubana.
"Ellos
propagan individualizar el aprendizaje, convertir realmente al
maestro en preceptor, y rompen la dicotomía existente entre
instrucción y educación. Si las categorías pedagógicas
fundamentales quedan sustentadas en enseñanza, aprendizaje,
formación, desarrollo, instrucción y educación, Cuba pondera hoy
el papel del maestro como educador, reposiciona al docente y le da
su justa dimensión como formador de valores. Y de ahí nace otra
participación esencial: cómo estructurar y concretar la enseñanza
y qué organización dar a la escuela para que sea viable todo el
proyecto", precisa.
Fundado hace 28 años, el ICCP está
integrado por 43 trabajadores, y de ellos 38 son investigadores
responsabilizados en saberes vinculados con los análisis críticos
de las corrientes pedagógicas contemporáneas, el rescate del
decursar histórico de esta disciplina en Cuba, y la defensa de su
aceptación como ciencia; también, con el aprendizaje escolar,
fundamentalmente en las enseñanzas primaria y secundaria básica; y
el currículum escolar, de manera que queden establecidos los
deberes funcionales de cada gestor.
"La
escuela nueva es una línea de investigación permanente. El curso
pasado hicimos en la secundaria básica mediciones a inicios y
finales del periodo. El muestreo a nivel nacional indicó que se
avanzaba más en las asignaturas de Humanidades que en las de
Ciencias; esto posibilitó inmediatamente aproximarnos a las causas
y establecer medidas, recomendaciones y políticas que ya se llevan
a cabo en los planteles. Es decir, es una labor dinámica a favor de
la calidad."
Precisamente, uno de los más
significativos trabajos que desempeña el Instituto está
relacionado con la evaluación de la calidad de la Educación y la
verificación de la efectividad de las políticas educativas.
"Hemos
hecho énfasis en los monitoreos de Español y Matemáticas, y este
curso avanzamos en las mediciones de la calidad en el área de las
Ciencias Naturales. Creo que es necesario en lo adelante extendernos
también hacia las Ciencias Sociales, en particular a la Historia de
Cuba, en todas las enseñanzas."
Refiriéndose al colectivo merecedor
de varios premios de la Academia de Ciencias de Cuba, el doctor
Valdés Veloz significa que no pueden quedar sin reconocimientos el
libro Bosquejo histórico de la pedagogía cubana, los compendios de
Pedagogía y materiales de esa Ciencia para seminarios a personal
docente, el Estudio del niño cubano (realizado durante 17 años), y
el Sistema de evaluación de la calidad.
"Martí
expresó que es necesario tener fe en lo mejor del hombre y
desconfiar de lo peor de él. Hay que dar ocasión a lo mejor para
que se revele y prevalezca. A partir de esa máxima, para mí el
acto educativo debiera realizarse de tal suerte que el docente
encuentre y potencie en cada niño lo mejor de sí, y eso hace que
la Educación tenga la calidad necesaria, concepto que incluye el de
equidad que Cuba defiende." |