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Mejor Equipo del Año
No se olviden de ellas
ALFONSO NACIANCENO
Si
en oportunidades precedentes, cuando febriles discusiones tomaron
por asalto las peñas deportivas del país, existían razones para
proponer a las voleibolistas cubanas como el Mejor Equipo del Año,
ahora también suman méritos.
En las argumentaciones a favor de los
elencos aspirantes, especialistas y neófitos identifican como
obligado punto de referencia los resultados de los Juegos Olímpicos
de Atenas, pero no sería justo que para otorgar tan importante
galardón solo se contemplen las selecciones doradas de la cita
cuatrienal.
En
fecha tan temprana como abril del 2004, el veterano entrenador
Eugenio George vaticinaba que si sus noveles alumnas aprovechaban el
entrenamiento de altura en Guatemala y los más de 40 partidos de
alto nivel programados entre mayo y julio, estarían entre las ocho
punteras del torneo helénico, porfía a la cual clasificaron los 12
mejores equipos del universo.
Vencido ese derrotero y ubicadas
cuartas en el Grand Prix, detrás de Brasil, Italia y Estados
Unidos, por delante de China, Alemania y Rusia, se percibía con
nitidez que la renovada formación caribeña podría dar un salto en
Atenas para romper el cerco de los arriba citados, países
dominantes en el universo del voli durante los últimos dos años.
En los Juegos Olímpicos, tras la
derrota 2-3 ante las alemanas, a quienes superaron en los dos sets
iniciales, el triunfo 3-2 sobre Rusia (igual pizarra por el oro de
Sydney) elevó la moral del equipo a tal punto que cedieron a su
paso China (2-3), titular de la Copa del Mundo y del Grand Prix'03;
República Dominicana (0-3), oro Panamericano, y Estados Unidos
(0-3), plata del Campeonato Mundial.
Las asiáticas se desquitaron 3-2, en
la ronda semifinal, después de que las cubanas habían doblegado en
cinco sets a Italia, campeón del orbe, en cuartos de final.
El epílogo de 3-1 a costa de Brasil
(oro del Grand Prix'04), en la disputa del bronce, selló un trabajo
impecable. Las antillanas marchaban de Grecia con el honor de
haberles ganado a todas las adversarias de primer rango, la
mayoría de esos sextetos con sus voleibolistas destacadas en ligas
profesionales de Europa, Asia y Sudamérica, donde juegan desde
octubre hasta abril en cada temporada.
Esta medalla de bronce bien vale por
una de oro, fue el comentario que por aquellos días olímpicos se
escuchaba en la calle, como muestra de simpatía y respeto del
pueblo hacia nuestras voleibolistas. Nada impide traer al presente
esos momentos a la hora de seleccionar al Mejor Equipo del Año. |