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Celima
Bernal
• Conversaba con mi amiga Gladys Mederos acerca de cómo algunas personas se apropiaban de determinadas expresiones y abusaban de ellas hasta el punto de olvidar su contenido semántico. Ella me contó: Mi hijo Eduardo conoció a alguien que repetía:
"Eso está comprobado científicamente". Sin pensar en el significado, la pronunciaba a cada momento.
—¡Qué sabrosa es la yuca con mojo! —exclamaba alguien. —Eso está comprobado científicamente
—contestaba él, y se quedaba tan tranquilo. Pensemos en lo que vamos a decir; el refrán asegura que las palabras se las lleva el viento, pero todos tenemos experiencias amargas
—a veces dulces, ¿por qué no decirlo?— desmentidoras del dicho popular.
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