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Siempre serán soles
nacientes
El maestro Antonio Koga
habla de su compromiso hacia Cuba
Pedro
de la Hoz
Enviado especial
TOKIO.—
El compromiso contraído por el maestro Antonio Koga, compositor y
guitarrista, al asumir la presidencia del Comité Gestor Japonés de
la Feria Internacional Cubadisco 2005 nace de su lealtad hacia uno
mayor: "El que siento por Cuba, un país que vibra en mi sangre".
Sobre
una mesa del lounge room del Hotel Imperial, una de las más
espléndidas muestras arquitectónicas que enlazan en la capital
nipona las líneas occidentales y vernáculas, Koga despliega decenas
de papeles: confirmaciones, auspicios, requerimientos técnicos,
programas tentativos. Se ha tomado bien a pecho lograr que Japón,
como país invitado de honor a la Feria, deje una huella digna y
perdurable.
"Aspiramos
—nos dice— a que estén representados los más diversos géneros,
bajo una premisa esencial: el impacto que han tenido las músicas
latinas en nuestra propia visión musical."
Con una mirada atenta a
las formas de la tradición sonera aparecen en la nómina de quienes
se alistan para arribar el próximo mayo a Cuba Sabrosura del Sonido y
Kachimba, Shiro el Arriero y Sa Coronas, las chicas de Las
Giraldillas, alumnas de Richard Egües y Giraldo Piloto, y Masayo, una
joven de Sapporo que despliega una sugerente explosividad.
Pero también se prevén
expresiones clásicas. El pianista Sako Kumashiro y el bien conocido
guitarrista Shin Ishi Fukuda se adhirieron al proyecto. La lista puede
sobrepasar la centena de solistas y agrupaciones.
"Contamos
con el apoyo —puntualiza Koga— de la Agencia Cultural de Japón,
una estructura similar a la de vuestro Ministerio de Cultura, y de la
Fundación Japón. Fue muy importante para armar esta historia la
reciente visita del viceministro cubano de Cultura, Abel Acosta, y del
presidente de Cubadisco, Ciro Benemelis. Y, desde luego, el apoyo de
las embajadas de Cuba en Japón y de Japón en Cuba."
Al indagar sobre su
contribución personal a la Feria, el maestro explica: "Quisiera
llevar mi más reciente producción, un ciclo dedicado a las cuatro
estaciones, en el que reflejo la tradición musical de mi país y al
mismo tiempo mis vivencias en contacto con otras culturas, incluyendo
la cubana".
"No
sé si usted sabe —agrega— que existe una zona común entre
nuestras músicas. Parece cosa misteriosa, pero entre el bolero y el
enka se pueden hallar similitudes, por el carácter romántico y
melódico."
En ese empeño, Koga ha
concertado en las últimas semanas una labor conjunta con el joven
vocalista y guitarrista cubano Alexander Laborde, radicado en Tokio,
la cual debe fructificar en un disco que lanzará la productora
Colombia.
Laborde, egresado del
conservatorio de Guanabacoa y con estudios de canto bajo la égida del
desaparecido profesor Ricardo Linares, en el Teatro Lírico Nacional,
protagoniza las exitosas noches de boleros que todos los lunes
abarrota el espacioso y exclusivo sitio del piso 48 del Dentsu
Building, en el centro de Shiodome, lugar de referencia en la vida
nocturna de Tokio.
"En
Cuba —cuenta el maestro Koga— encontré un nuevo incentivo para mi
vida. Yo participaba en giras humanitarias por América Latina cuando
llegué a Cuba. Aquella primera estancia, a mediados de los noventa,
no se me olvida. Ustedes estaban enfrascados en salir adelante pese al
bloqueo. Vi en las escuelas de arte una excelente pedagogía que
desafiaba las duras carencias materiales. Entonces se me ocurrió la
idea de enviar pianos para las escuelas de arte. Podía ser algo
delirante, pero lo hemos conseguido."
Koga prende un tabaco
cubano. Se concentra en la espiral humeante del puro y luego, como
quien se confiesa a sí mismo, expresa: "No se imagina cuáles son las
horas más memorables de mi vida: mi encuentro con Fidel. Es un hombre
de extraordinaria sabiduría y de una sensibilidad especial. ¡Cómo
no comprometerme mucho más con Cuba después de conocerlo!"
El proyecto de
participación en Cubadisco que auspicia Koga lleva por título Sol
Naciente. Al respecto comenta: "No es un lugar común. Si Japón es
conocido por ese nombre, Cuba también lo es para mí. Son soles
nacientes por siempre los que iluminan nuestras vidas".
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