No existe obstáculo o agresión que nuestro pueblo y nuestra
Revolución no sean capaces de enfrentar con éxito
Palabras de Francisco
Soberón Valdés, Ministro Presidente del Banco Central de Cuba en
la Mesa Redonda de ayer.
El pasado día 25 de
octubre en una Mesa Redonda celebrada en este mismo lugar, el
Comandante en Jefe comunicó a nuestra población la decisión
adoptada de sustituir el dólar por el peso convertible para los
pagos en efectivo a las entidades que operan en divisas.
En esa Mesa Redonda, se
recordó cómo desde el mes de mayo del 2004 la mafia de Miami
había desatado una virulenta campaña a fin de intimidar a los
bancos extranjeros que reciben los dólares que honradamente nuestro
país capta como resultado de la recaudación de la red de
establecimientos que venden bienes y servicios en divisas, tanto a
extranjeros como a ciudadanos cubanos.
Igualmente, se denunció
que el Gobierno de EE.UU. había tomado acciones para recrudecer
aún más el bloqueo, tratando en particular de impedir que nuestro
país pudiese depositar esos dólares en el exterior mediante
amenazas y sanciones económicas a bancos extranjeros.
La consumación de todas
estas groseras presiones, fue la creación de un llamado "Grupo
para la persecución de activos cubanos" el día 9 de octubre del
2004, con la criminal y expresa tarea de identificar y detener los
flujos financieros externos de nuestro país.
Era imposible que tales
acciones quedaran sin respuesta tanto por su ruin e injerencista
naturaleza, como por los peligros que entrañan para el normal
desarrollo de nuestras actividades económicas.
Como siempre, la
respuesta de la Revolución ante esta nueva agresión del imperio,
fue digna y sin vacilaciones: se decidió sustituir el dólar por el
peso convertible en la circulación monetaria del país a partir del
8 de noviembre del 2004 y se impuso un gravamen del 10% a las
transacciones con dólares en efectivo.
Al tomar esta decisión,
se privó al Gobierno de los EE.UU. de una de las pocas armas que
aún le quedaban en su pérfida guerra contra nuestro país, al
tiempo que con renovado entusiasmo nuestro pueblo celebraba su total
soberanía monetaria de la forma más clara e irrefutable: mostrando
una absoluta confianza en la Revolución y sus instituciones
bancarias.
A partir de ese momento,
se ha informado a la población todos los detalles de esta
operación, la cual se logró concluir con absoluto éxito el pasado
domingo, en el término de 18 días, contados desde el momento de su
comienzo el día 28 de octubre.
Por razones de tiempo,
sería imposible hacer un pormenorizado informe de lo ocurrido en
esos días y en el periodo de preparación que los precedieron.
Trataremos solamente de resaltar los aspectos más relevantes.
A pesar de la
complejidad del tema y de la necesaria discreción que obligó a
informar sobre el mismo solamente con dos días de antelación al
comienzo de la operación, nuestro pueblo demostró con su
patriótica actitud la más plena comprensión de las medidas
tomadas y se convirtió de inmediato en su principal protagonista.
Algo que debemos
resaltar es que desde un principio se entendió sin duda alguna, que
esta era una respuesta justa y apropiada ante un nuevo intento de
asfixiarnos económicamente.
Por otra parte, nuestro
pueblo se percató de que la dirección de la Revolución había
analizado el tema con el mayor cuidado para tratar de proteger los
intereses del país sin perjudicar a nadie, dándole un grupo de
opciones que permitieran a cada cual proceder de la manera que
creyera conveniente para no sufrir ningún perjuicio económico.
Como siempre, se tuvo la
mayor consideración y respeto con aquellos que a lo largo de los
años han confiado en la banca cubana. Se les garantizó sus cuentas
bancarias y se les liberó de cualquier gravamen sobre las mismas.
Iguales ventajas se les otorgaron a las cuentas que se abrieron
antes del 15 de noviembre.
Fue tal el éxito de la
operación, que ante la magnífica respuesta del pueblo y su masiva
asistencia a los bancos, fue necesario extender en una semana el
plazo inicial otorgado para hacer operaciones de canje, depósitos y
aperturas de cuentas sin el gravamen del 10%.
No estamos hablando de
apreciaciones subjetivas. Los hechos hablan más alto que las
palabras.
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Se realizaron un total
de 2 580 068 operaciones de adquisición de pesos convertibles y
pesos cubanos con dólares; depósitos en divisas en cuentas ya
existentes y apertura de nuevas cuentas en divisas.
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Los depósitos en
cuentas de divisas ya existentes y de las nuevas que se abrieron,
son superiores a la suma que la población había depositado en
cuentas de ahorro en divisas durante los últimos 10 años.
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A pesar de la afluencia
masiva de público a los bancos no se produjo ni un solo incidente y
los más de dos millones y medio de operaciones se realizaron con
ejemplar disciplina y total orden.
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El ambiente
prevaleciente no fue en ningún momento de ansiedad o disgusto.
Reinó el proverbial entusiasmo y buen humor de nuestros
compatriotas para hacer de estas medidas un motivo de satisfacción
por la recuperación de nuestra total soberanía monetaria.
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Durante este lapso,
visité prácticamente todos los días las colas de ciudadanos que
asistían a los bancos para hacer sus transacciones. El trato
cordial y amistoso de nuestro pueblo, su franqueza y locuacidad es
uno de los recuerdos más hermosos que guardo de esta tarea.
Otra muestra de
colaboración del pueblo fue que durante estos días se recibieron
en el Banco Central más de 18 000 llamadas telefónicas de la
población, con preguntas, sugerencias e informaciones, siempre con
un marcado espíritu constructivo, que resultaron de singular
utilidad en la ejecución y control de esta tarea.
Si el protagonista de
esta operación fue el pueblo, su estratega indiscutible fue el
Comandante en Jefe que a pesar de su accidente el día 20 de octubre
y del posterior periodo de recuperación, no dejó de seguir todos
los detalles de la misma, dando siempre las indicaciones oportunas.
Baste decir que durante el tiempo que se trasladaba en ambulancia de
Villa Clara a La Habana, analizó el cronograma acordado y a las
2:30 de la mañana del día 21, orientó a Valenciaga que me llamara
para posponer la Mesa Redonda en la que se haría el anuncio de las
medidas, del viernes 22 para el lunes 25 de octubre e inmediatamente
después de salir del salón de operaciones, me llamó personalmente
para analizar el tema y hacer las adecuaciones necesarias en los
cronogramas previamente acordados.
En cuanto a la reacción
internacional la acogida no pudo ser más positiva.
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La medida tuvo gran
cobertura por parte de los medios de prensa internacional, y fue
objetiva y respetuosa en la inmensa mayoría de los casos. Con la
natural excepción de los panfletos de la mafia de Miami.
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Los bancos que trabajan
con nuestro país han expresado su comprensión de la medida y los
graves riesgos que la misma evita.
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Aunque el motivo de esta
decisión fue dar respuesta a una nueva agresión de EE.UU. y hacer
nuestro país menos vulnerable ante sus criminales acciones, los
bancos extranjeros le han concedido gran importancia desde el punto
de vista económico por cuanto:
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Permite al Banco Central
un mayor control sobre el dinero en circulación.
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Ha significado un mayor
nivel de "bancarización" al incrementarse sustancialmente las
cuentas de ahorro de la población.
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Se logra más
efectividad en la formulación y ejecución de la política
monetaria.
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Da más solidez al
sistema financiero y al Banco Central.
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Las entidades que
comercian con Cuba han asumido la medida como algo normal e incluso
conveniente y en todos los casos pertinentes han decidido efectuar
sus cobros en pesos cubanos convertibles, como por ejemplo las 23
aerolíneas que operan con Cuba.
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Los principales
inversores extranjeros comprenden la medida y aceptan la validez de
los argumentos que hemos dado para sustentarla. Algunos han
planteado ya oficialmente su disposición a cambiar a pesos
convertibles los depósitos que actualmente mantienen en dólares en
bancos cubanos.
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La mafia de Miami, como
siempre, ha actuado como el clásico perdedor que anonadado por el
golpe del adversario y careciendo de argumentos, trata de desviar la
atención utilizando las más insólitas falacias. Especialmente
ridícula es su afirmación de que el desarrollo económico de Cuba
depende de las remesas familiares, cuando en cualquiera de los
estimados que se ofrecen internacionalmente, estas constituyen
solamente una pequeña parte del total de 9 379 millones de
intercambio comercial de bienes y servicios de nuestro país en el
año 2003.
Podríamos agregar que
los turistas extranjeros han acogido esta medida de forma positiva,
teniendo en cuenta que casi el 80% de ellos proceden de países cuya
moneda puede ser canjeada sin gravamen por pesos convertibles, lo
cual les evita la complicación de tener que adquirir dólares antes
de viajar a nuestro país.
Por otra parte, esta
decisión ha demostrado una vez más la potencialidad del socialismo
como sistema para lograr complejos objetivos que difícilmente
pudieran alcanzarse en el capitalismo. El Banco Central y el Sistema
Bancario contaron con el valioso apoyo del MININT; Trasval; el
Ministerio del Turismo; las cadenas de Tiendas en divisas; la
fábrica de billetes; la Casa de la Moneda; el IACC, MIC y otros
muchos organismos que de una forma coordinada integraron un
eficiente y disciplinado equipo para concretar con precisión cada
acción en el momento preciso.
Los abnegados
trabajadores bancarios demostraron una vez más su incondicional
apoyo a la Revolución y a Fidel, laborando incansablemente.
Especial reconocimiento merecen las mujeres que forman
aproximadamente el 75% de nuestros trabajadores, que brillaron por
su competencia y entusiasmo.
El compañero Barrera
dará todos los detalles desde el punto de vista organizativo de
esta operación, pero bastaría decir que para ejecutarla, los
transportes de Trasval recorrieron en su totalidad más de 125 000
kilómetros.
En resumen, la respuesta
a las agresiones y los intentos de asfixiar nuestra economía, no
pudo ser más efectiva y fulminante.
La mafia de Miami no ha
tenido aún tiempo de recuperarse y el Gobierno de los EE.UU. bien
pudiera darle licencia indefinida a su ilustre grupo de persecución
de activos o tal vez pudieran dedicarlo a una tarea más
constructiva y moral, como por ejemplo, detectar dónde están los 2
750 millones de dólares, en términos de valor actual,
pertenecientes al pueblo cubano que los batistianos robaron de
nuestras reservas de 1952 a 1958 y lavaron pública e impúdicamente
en bancos de EE.UU.
Por último, quisiera
resaltar que la sustitución del dólar por el peso convertible
además de significar nuestra total soberanía monetaria, y de las
ventajas internas ya indicadas, nos permitirá explorar nuevas vías
en nuestras relaciones financieras externas. Una moneda como el peso
convertible que en diez turbulentos años ha mantenido total
estabilidad y que tiene tras de sí la garantía de un país cuya
economía, sin apoyo externo y bajo el férreo bloqueo de la nación
más poderosa del mundo, ha sido capaz de sustentar el sistema de
salud y educación más exitoso entre todos los países del Tercer
Mundo, es, sin duda, una moneda llamada a generar confianza y
credibilidad, en un mundo donde la corrupción; la especulación y
el fraude financiero son tan comunes y cotidianos como el hambre y
la destrucción del medio ambiente.
En fin, esta nueva
victoria reafirma nuestra plena convicción de que no existe en el
mundo un obstáculo o una agresión que nuestro pueblo y nuestra
Revolución, que son en definitiva la misma cosa, no sean capaces de
enfrentar con éxito. |