SANTO DOMINGO, 17 de noviembre (PL).—
La elevada tasa de desempleo significa hoy un reto para la política
social del gobierno de República Dominicana, según informan las
autoridades del país.
El vicepresidente Rafael
Alburquerque, al intervenir en la conferencia internacional de
Seguridad Social que se celebra aquí desde el 15 de noviembre
último, aseguró que el mercado laboral dominicano muestra una
estructura preocupante.
Ejemplificó que las tasas de
desocupación de los que han logrado el nivel universitario es de
15,3 por ciento, inferior en seis puntos porcentuales a los que
alcanzaron el nivel secundario, quienes registran una tasa de
desocupación de 21,4 por ciento.
Alburquerque reveló que el Gobierno
tiene un compromiso con la Seguridad Social, lo que será
contemplado en el próximo acuerdo con el Fondo Monetario
Internacional que establece topes en el gasto y se apropia del siete
por ciento del consumo del presupuesto del año 2005.
Sostuvo, además, que el sector
informal, cada día más creciente, tiene altos niveles de
desempleo, desigualdad salarial y diferencia en la generación de
ingresos entre el sector estructurado de la economía y el sector
informal o no estructurado.
El vicepresidente agregó que el 54
por ciento de la población ocupada se encuentra en ese sector
informal, y de esa cifra, el 70 por ciento no tiene ningún nivel
educativo o sólo ha alcanzado el nivel primario.
Aseveró que el 85 por ciento de los
dominicanos que lograron alcanzar el nivel universitario está
incorporados en actividades formales en categorías ocupacionales
que devengan ingresos 4,5 veces superiores a los que han alcanzado
un nivel primario.
En República Dominicana se promulgó
una ley sobre seguridad social en mayo del 2001, pero las
autoridades aún no encuentran las fórmulas para ponerla en
funcionamiento.
En la conferencia sobre seguridad
social, que culminará este jueves, participan delegaciones de 38
países de América Latina.
Entre las ponencias más comentadas
está la del Premio Nobel de Economía de 2000, James Heckman, quien
advirtió a los gobernantes de la región que la corrupción es
enemiga de los sistemas de seguridad social.
El economista norteamericano
insistió en la necesidad de que se genere un clima de confianza
para la inversión y la creación de riquezas, las cuales, dijo,
deben ser distribuidas entre los contribuyentes.
Subrayó que la mayoría de los
países que aplican la seguridad social tienen inequidades y
exclusión en sus sistemas, lo que no excluye a Estados Unidos.