PARÍS,
16 de noviembre (PL).—
Expertos franceses lograron crear in vitro anticuerpos contra el
virus del SIDA, estudio que podría ser muy prometedor en el
desarrollo de una vacuna contra la mortal enfermedad, asegura la
revista especializada Immunology.
Los anticuerpos, fabricados en el
laboratorio, bloquean la invasión de glóbulos blancos, los
linfocitos T CD4, de las diversas cepas del virus del Sida más
diseminado en el planeta: el VIH-1.
De acuerdo con el artículo, este
trabajo, realizado por un equipo de investigadores del Instituto
Pasteur, de París, es el primero logrado contra una proteína que
cubre al VIH-1.
En este caso los científicos
identificaron una porción de la proteína gp41, la cual envuelve al
virus para actuar sobre un constituyente de la membrana de las
células.
El producto obtenido parece más
capaz de desencadenar la elaboración de anticuerpos que su forma
natural, explicaron los especialistas.
Por ello, una vez concluido el ensayo
se deberá inyectar en personas sanas o portadores del VIH, para que
comiencen a fabricar anticuerpos, neutralizando el virus, indicaron.
De esa forma el compuesto podría
entrar en la composición de preparaciones de vacunas experimentales
con fines preventivos o terapéuticos para los seropositivos,
agregaron.
Más de 20 años después de la
identificación del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), la
pandemia del SIDA sigue siendo uno de los mayores desafíos de la
salud pública mundial.
La búsqueda de una vacuna, capaz de
inhibir la infección y reducir la carga viral en los afectados,
ocupa en la actualidad a miles de expertos de los más diversos
centros especializados.
En la actualidad unos 40 millones de
individuos viven con el VIH/SIDA, de los cuáles más de dos
millones son niños menores de 15 años.
La dolencia es particularmente
devastadora para las mujeres del continente africano, ya que tienen
mayores probabilidades de infectarse que los varones, y presenta el
mayor número de afectados en el África Subsahariana, donde en el
presente año se han detectado unos 3,2 millones de nuevos casos.
Como resultado de ello se estima que
11 millones de niños habían perdido a uno de sus padres en el
2001, cantidad que deberá duplicarse a finales del decenio si no se
implementan con urgencia políticas nacionales para enfrentar el
mal.