Fuerzas
para un regreso
ORTELIO GONZÁLEZ MARTÍNEZ
CIEGO DE ÁVILA .— Siempre he tenido
en el lugar más alto a las madres y, sin son las cubanas, mucho
más. La afirmación la refuerza la doble condición que, casi
siempre, tienen: mamá y mujer trabajadora.
Florisdenia Rodríguez Borroto
(Flory), la jefa de farmacia en el pueblito avileño de Orlando
González, en el municipio de Majagua, no es la excepción. Solo que
ella agrega con beneplácito una tercera razón: la de fungir como
¡padre!, al menos desde hace unos años.
Luis Miguel y Florisdenia momentos
después del encuentro.
En todo esto meditaba momentos
después de descubrirla, por casualidad, mientras esperaba durante
toda una noche, junto a sus hijos Yasmary y Yasmany, a Luis Miguel
Elvirez López, el doctor que llegaría en unas horas, después de
permanecer 19 meses en la República Bolivariana de Venezuela.
"Ustedes,
los periodistas, casi siempre escriben de los que se van y raras
veces dedican unas líneas a los familiares que nos quedamos", me
soltó a quemarropa.
¿Estará tan agobiada?, pensé. Y
acto seguido continuó: "Bueno, en verdad, el mayor esfuerzo es de
ellos, que siembran salud por el mundo, pero ¿tú no crees que
también es importante la labor de los que aquí aseguramos la
retaguardia?"
Y comenzamos a hilvanar palabras que
se convirtieron en razones. "Luis y yo llevamos 15 años de
matrimonio. De ellos, durante casi cinco he permanecido sola, en la
crianza y educación de los dos niños. Primero estuvo 36 meses en
Guinea Ecuatorial. Regresó. A los seis meses, partió para
Venezuela.
"Cuando
él salió por primera vez, Yasmary, la niña, no había comenzado
la escuela y ya está en cuarto grado. El mayor, Yasmany, tiene 12
años de edad. Cursa el séptimo. Es fuerte. Siempre los varones son
más difíciles, aunque yo sé timonearlo."
Y siguió contándome: "Nos conocimos
cuando él estudiaba Medicina en Morón. Donde vivimos actualmente
no tengo familia. Él es de Esmeralda, en la provincia de Camagüey,
y yo del poblado Camilo Cienfuegos, más conocido por Falla, al
Norte de Ciego de Ávila, algo distante de Orlando González".
Luego me habló de otras cuestiones
hasta que la interrumpí: ¿es verdad que uno se acostumbra a la
ausencia? "Es difícil, pero uno siente el deber de hacerlo por
convicción, por tus hijos y por otros que en el mundo no tienen,
siquiera, una pastilla para tomar y, mucho menos, atención médica
gratuita. Eso te da fuerzas para no flaquear, aunque es imposible
negar que los niños y yo lo necesitemos a nuestro lado".
Cuando el avión detuvo los motores,
Yasmary y Yasmany se disputaban el mejor ángulo, en una fraternal
emulación para ver quién sería el primero en descubrirlo: "Papi
en todas las cartas nos dice que estudiemos mucho", asevera Yasmany.
"Yo duermo con mi mamá, pero a él lo quiero grande así", asegura
Yasmary.
Es el ambiente de pasión y orgullo
que siempre envuelve a los hijos, cuando aprenden bien de sus
padres. Tan pronto vieron a Luis, corrieron y, junto a Flory, se le
prendieron del cuello, como sanguijuelas.
Luis Miguel Elvirez López es
especialista en Medicina General Integral. Primero trabajó en la
empresa azucarera Orlando González —el Reloj Avileño— y
después en un consultorio de esa comunidad. Fue uno de los primeros
50 galenos cubanos que iniciaron la misión Barrio Adentro. Desde
entonces se encuentra en los cerros del municipio Libertador, en
Caracas, donde muchos niños, como Yasmary y Yasmany necesitan de su
desinteresada ayuda. "Volveré pronto", precisa. "Los momentos más
gratos están por venir, cuando regrese junto a mi familia, con la
misión cumplida". |