Habanera con tiempo a favor

Omar Vázquez

Los programas del XIX Festival Internacional de Habaneras en La Habana contaron con el favor del público y los autores. Prueba de lo último se tuvo en el nivel y la cantidad de obras enviadas a su concurso. El primer lugar fue otorgado a Habanera soy, de Verónica Yolanda Vergara (cantada por Yorka Ríos); el segundo fue compartido por Velero y capitán, de Orlando Casuso, y Habanera de luz y amor, de Felo Rojas (obtuvo también el de mejor texto); y el tercero, lo ganó Sin tu amor, de Damieris Moya. Ernesto Roel fue premiado como mejor intérprete, por su defensa de Habanera al Guacanayabo, de Elesbáan Diez.

Foto: ALDO MEDEROSLa gala de clausura, en el cine teatro Astral, mantuvo un ritmo ascendente desde la aparición de los niños y jóvenes de la Asociación de Wushu y el Ballet de la Unión Árabe de Cuba, entre otros, hasta el cierre con las selecciones de María la O, de Ernesto Lecuona (texto de Gustavo Sánchez—Galarraga), con Raquel Hernández, bien secundada por el joven tenor Fernando Alcázar, Mayda Michel y otros artistas.

El apartado de la habanera estuvo bien representado por el Coro Nacional de Cuba, dirigido por Digna Guerra (selección de obras, con La paloma, de Yradier, como puente); Daisy Ortega (Veinte años, de Guillermina Aramburu—María Teresa Vera); Zenaida Armenteros (En el claro de luna, de Silvio Rodríguez) y Emilia Morales (Carmen, de George Bizet, sobre un libreto de Mérimée).

Lo mejor de Emilia y Raquel es que, graduadas de canto del Instituto Superior de Arte y durante años cultivadoras de la canción popular, al debutar en estos clásicos y representados personajes, dieron toda una lección de sus posibilidades creativas y madurez profesional.

Con esa celebración musical, la cultura homenajeó el aniversario 485 de La Habana. Hugo Oslé, director artístico de la velada, lo hizo con gran altura.

La habanera desde hace algunos años ha vuelto a primeros planos en muchos países, especialmente en la Península ibérica, donde Habaneras de Cádiz, de Carlos Cano, y Habanera embrujada, de Olga Serpa, destacan por su modernidad.

El Centro de la Música Adolfo Guzmán —organizador de la cita de la capital cubana—, proyecta, a partir de la experiencia acumulada en estos años, abrir espacios a la habanera en los medios de difusión masiva, para que el género no solo se escuche durante el Festival.

 

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