El universo infinito de Alejo Carpentier

Pedro de la Hoz

Nadie mejor que Graziella Pogolotti, una de las más lúcidas voces críticas de la contemporaneidad, para despedir el Congreso Internacional El Siglo de Alejo Carpentier, en Casa de las Américas. Su intervención, precedida por una emotiva vivencia de nuestro Cintio Vitier, tuvo la cualidad de registrar la memoria del porvenir de un hombre de cultura imprescindible y fundacional, vasto y diverso, y a la vez, comprometido y cenital. Un intelectual cuya trascendencia se abre hacia el infinito.

Entre los aportes de la última jornada alcanzaron relieve peculiar los de los cubanos Armando Cristóbal Pérez, en recorrido sustancial por las diversas etapas del novelista, y Ana Cairo, quien anticipó lo que puede ser un estudio decisivo: la visión de Norteamérica del escritor, desde el jazz hasta Hemingway, pasando por sus aficiones a El ciudadano Kane, de Orson Welles, y El gran dictador, de Charles Chaplin.

Hubo lugar para considerar la huella que dejó la defensa de la España republicana en Carpentier. Julio Rodríguez Puértolas, catedrático y ensayista madrileño, quien tendrá hoy a cargo la presentación, en el Sábado del Libro (Palacio del Segundo Cabo, La Habana Vieja, 11:00 a.m.) del tomo carpenteriano Crónicas de España (1927 — 1935), publicado por la editorial Letras Cubanas, entregó al foro una muy centrada comunicación acerca de lo que representó aquella epopeya en la obra del narrador cubano.

Favorables comentarios suscitó la ponencia de la doctora Adelaida de Juan sobre la manera en que Carpentier le tomó el pulso a la creación pictórica de su tiempo.

Los participantes no solo agradecieron la posibilidad del encuentro teórico, el cual abrió nuevos cauces a la revisión crítica del legado del autor de El siglo de las luces. En su memoria quedará el prodigioso recorrido por "la ciudad de las columnas" descrita y degustada por Carpentier, de la mano de Eusebio Leal.

 

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