Los
Angeles, EE.UU., 12 de noviembre (PL).
— El cineasta norteamericano Michael Moore anunció hoy aquí que
alistará la cámara para filmar Fahrenheit 9/11 y medio, un
largometraje que mantendrá los mismos temas del anterior e
idéntica crítica corrosiva.
Queremos empezar a rodar desde ahora
y tenerlo listo en dos o tres años, coincidiendo con la próxima
campaña electoral, que por lo menos tendrá un ángulo positivo:
Bush no podrá ser candidato por tercera vez.
El período oficial de luto terminó
hoy, el sol comienza a asomar, reiteró a la prensa el cineasta,
tras agregar: la ley que le prohíbe a Bush competir de nuevo.
Moore estremeció los cimientos de la
Casa Blanca con Fahrenheit 9/11 —palma de oro en el festival de
Cannes 2004—, una inmersión a fondo en las entretelas que
llevaron a Bush la primera vez al poder y un duro ataque a su
política exterior.
Sus imágenes sacaron a la luz los
vínculos del Presidente con las familias saudíes que controlan el
petróleo, a la par que componen un retrato descarnado de uno de los
mandatarios más repudiados por los círculos artísticos e
intelectuales de su país.
Exhibido tras vencer las numerosas
zancadillas para frustrar su estreno comercial, Fahrenheit recaudó
120 millones de dólares en territorio norteamericano, algo inusual
para un documental de profundo sesgo político.
Moore levantó una polvareda y se
atrajo el rencor de los republicanos, pero su denuncia recorrió
Estados Unidos de una punta a la otra y ejerció un gran impacto en
la opinión pública internacional.