El agua bloqueada

ORFILIO PELÁEZ

Para la mayoría de los cubanos está bien claro que el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos, expresa un desprecio absoluto por los derechos humanos de un pueblo entero en todas las facetas de la vida.

Además del propósito principal de impedir nuestro desarrollo, las sanciones aplicadas como parte de esa genocida política durante más de 40 años, tienen el de destruir la obra revolucionaria y en ese plan, quienes las ejecutan no conocen de límites ni de escrúpulos.

Foto: JOSÉ M. CORREAHoy, debido al lógico desgaste por tener unos 
12 años de explotación, solo trabajan, y con dificultades, tres de las 8 máquinas Zahorí 
con que cuenta el país, dice José M. Morejón.

Como dice a este diario el ingeniero José M. Morejón Álvarez, director general de la Empresa de Perforación y Construcciones del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, ni la búsqueda de agua para aliviar la situación en las zonas más dañadas por la intensa sequía escapa al cerco.

Según los estimados de ese organismo, desde principios de la década de 1990 a la fecha los perjuicios económicos en todos los aspectos relacionados con la actividad de construcción de nuevos pozos superan los 25 millones de dólares, incluidos los gastos adicionales por la búsqueda, compra y transporte de las piezas en mercados muy distantes como el europeo.

El ejemplo más notable, precisa Morejón, lo tenemos con las máquinas perforadoras Zahorí, adquiridas por Cuba en España durante la época mencionada, que permitieron hacer alrededor de 8 000 pozos por año. Hoy, debido al lógico desgaste luego de unos 12 años de explotación, solo trabajan y, con dificultades, tres de esos ocho equipos. Así los pozos construidos en el 2003 fueron 4 200.

Si tomamos en consideración la alta productividad de las Zahorí (Recursos Hidráulicos cuenta con los modelos 303 y 706), capaces de perforar 10 metros por hora al estar dotadas del llamado sistema de rotopercusión, puede afirmarse que durante los últimos dos lustros se han dejado de abrir en el país como promedio 1 200 pozos anuales, añadió Morejón.

Foto: JORJE LUIS TELLESOperarios de las máquinas Zahorí, de la provincia de Camagüey (uno de los territorios más castigados por la sequía), sufren las limitaciones para la adquisición de agregados que permitan reparar y alargar la vida útil de estos equipos.

Aunque dichas máquinas pertenecen a una firma inglesa, los motores de los compresores y otras piezas, entre estas las bombas hidráulicas, los cables y martillos, son de procedencia estadounidense.

Entonces, al estar prohibida la adquisición de tales componentes en el mercado de EE.UU., los especialistas cubanos se han visto obligados a recurrir a terceros países y comprar a precios muy elevados los aditamentos necesarios para las reparaciones, y aun esas gestiones han sido obstaculizadas por las leyes del bloqueo.

Baste decir que si Cuba pudiera adquirir los motores y otros agregados en Estados Unidos, la reparación capital de una Zahorí 303 saldría entre 5 000 y 
6 000 dólares, y hoy nos cuesta 50 000 dólares.

En la actualidad, el peso principal de la perforación recae en los equipos percutores tradicionales con más de 40 años de uso y cuya productividad es muy inferior a la de las Zahorí, al demorarse de tres a cuatro días para hacer un pozo, mientras estas últimas logran tres en un solo día.

Si bien el bloqueo es un obstáculo para mejorar el abasto de agua en aquellas localidades del oriente cubano más castigadas por la sequía, al impedir que se haga con la celeridad requerida un mayor número de pozos con los cuales garantizar el suministro de ese vital recurso a hospitales, consultorios del médico de la familia, escuelas y comunidades ubicadas en zonas de difícil acceso, así como a empresas agrícolas, organopónicos y otros objetivos económicos y sociales, los trabajadores del sector han impedido con sus inventivas la paralización de esta labor.

El ingeniero Morejón menciona a modo de ejemplo la recuperación de neumáticos, piñones, retenes y zapatillas, entre otros dispositivos, además de la sustitución de la chapa para el encamisado de los pozos por botellones de gas desechados.

Otra iniciativa aplicada por los obreros y técnicos de la Empresa de Perforación y Construcciones es la fabricación de bombas de soga con materiales recuperados, las cuales permiten sacar el agua desde una profundidad de hasta 40 metros y duplicar así la capacidad de penetración con respecto a los equipos similares tradicionales.

Estas singulares bombas se construyen en Holguín y Villa Clara, pueden ser reparadas por los propios usuarios y ya prestan servicios en las provincias orientales y en Camagüey, para extraer esa necesaria agua que también pretenden bloquearnos.

 

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