Acompañamos
hoy a esta mujer extraordinaria, paradigma de científica, médica y
revolucionaria, cuya obra la hizo acreedora del reconocimiento y
respeto de sus compañeros.
Así lo expresó José Ramón
Balaguer Cabrera, miembro del Buró Político del Partido, al hablar
en el sepelio de la doctora Rosa Elena Simeón Negrín, ministra de
Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, efectuado este sábado en el
Panteón de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, en la necrópolis
de Colón.
En sus sentidas palabras, Balaguer
destacó cómo a pesar de sufrir una grave enfermedad que finalmente
la condujo a la muerte, hasta el último aliento de su vida estuvo
al tanto de los asuntos del Ministerio y manifestó una permanente
preocupación porque la ciencia aportara cada vez más a la
Revolución.
Durante su permanencia de diez años
al frente del CITMA, subrayó, Rosa Elena demostró ser portadora de
una férrea voluntad para sobreponerse a sus limitaciones físicas,
enfrentar ingresos y tratamientos agresivos, e incorporarse de nuevo
al trabajo una vez restablecida.
El también Ministro de Salud
Pública se refirió, además, a la brillante trayectoria
profesional de la doctora Simeón como especialista en Virología, y
a su noble gesto de dejar la práctica médica en humanos para
dedicarse por entero al estudio de las patologías de virus en
animales, ante un reclamo de la dirección del país.
¡Aquí te despedimos, Rosa Elena!,
la muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la
vida, afirmó Balaguer al terminar la despedida del duelo.
Estuvieron presentes en el sepelio
los miembros del Buró Político del Partido Carlos Lage Dávila,
Esteban Lazo, Yadira Garcia, Pedro Ross, Jorge Luís Sierra, Pedro
Saéz, Concepción Campa y Abel Prieto; el Comandante de la
Revolución Guillermo García Frías, José R. Miyar Barruecos,
secretario del Consejo de Estado, y otros dirigentes del Partido, el
Estado y las organizaciones políticas y de masas, junto a
familiares cercanos, y personalidades de la comunidad científica
cubana.