Sociedad civil en Cuba (I)
La clave de la participación popular
La doctora Isabel
Monal, académica titular de la Academia de Ciencias de Cuba,
conversa con Granma sobre el tema
MARÍA JULIA MAYORAL
La superación de la
escisión entre Estado y sociedad civil, considerada por Carlos Marx
como rasgo esencial de la sociedad que abandona el capitalismo,
tiene en la construcción del socialismo en Cuba una experiencia
sólida y valiosa, no exenta de contradicciones y retos.
La doctora Isabel Monal dirige la Sección de Ciencias Sociales de la Sociedad Económica de Amigos del País, y es Vicepresidenta de la Sociedad Cubana de Investigaciones Filosóficas.
Para la doctora Isabel
Monal, académica titular de la Academia de Ciencias de Cuba,
reconocida estudiosa de la obra y del pensamiento de Marx, aceptar
la separación entre el cuerpo civil y el mundo de la política en
las condiciones del socialismo es, cuando menos, una ingenuidad.
Entre las tesis
fundamentales del pensamiento liberal clásico, recuerda, estuvo la
división entre Estado y sociedad civil, lo que tuvo una naturaleza
revolucionaria, en su época, en el enfrentamiento de la burguesía
al régimen feudal. Pero el liberalismo ha sido pragmático: cuando
la burguesía necesitó de un Estado fuerte en su desarrollo como
clase en el poder, no se detuvo porque tuviera una teoría propia
que argumentara lo contrario. Hoy el capital transnacional precisa
un Estado mínimo en la periferia del imperialismo, con el objetivo
de proseguir su expansión; pero no aplica en las relaciones
internacionales las mismas recetas a los países desarrollados.
El socialismo, opina la
investigadora, necesita un Estado fuerte y una sociedad civil
fuerte, en que cada uno reconozca las funciones del otro, aunque
trabajan y actúan por un proyecto común. Para Cuba, enfatiza, es
un gran reto cómo continuar superando la escisión entre ambos, con
vitalidad revolucionaria, transformadora, en los dos cuerpos.
"Me
preocupa que entre los cubanos que trabajan por el proyecto
socialista haya quienes ven a la sociedad civil solo como
equivalente de Organizaciones No Gubernamentales (ONG); eso, pienso,
es un error, una idea nacida del pensamiento liberal actual y que
desgraciadamente ha arrastrado a mucha gente de izquierda en el
mundo. La sociedad civil abarca, siguiendo a Marx, elementos
materiales y espirituales."
Integrante de las
directivas de la Sociedad Económica de Amigos del País (la
organización no gubernamental más antigua de Cuba) y de la
Sociedad Cubana de Investigaciones Filosóficas, la doctora Monal
recalca que las ONG no solo poseen funciones y tareas específicas,
sino también responsabilidades ante la sociedad, y por tanto no
pueden convertirse en una especie de trinchera para desde ahí "tirarle"
al proceso revolucionario.
Tampoco, agrega, las ONG
pueden considerarse como algo exento de críticas; no son ruedas
sueltas de la sociedad, se hayan obligadas a responder ante ella por
lo que están haciendo.
"Comparada
con otras experiencias socialistas, Cuba es la que ha tenido la
sociedad civil más fuerte, por la propia naturaleza y práctica
cotidiana de la Revolución. Esa vocación de justicia social, de
participación popular en las cuestiones de la vida pública deberá
ser cada vez más activa, de ello depende la supervivencia y
consolidación del proyecto político, social y económico defendido
por la mayoría del pueblo; de ello no hay duda."
En estos momentos,
comenta, el imperialismo estadounidense expresa en terminología de
sociedad civil sus intentos de penetración. Sin embargo, no es algo
nuevo, desde que la gran potencia comenzó sus acciones para tratar
de destruir a la Revolución hasta hoy, siempre ha apostado a
quebrar la unidad y los valores progresistas de nuestra sociedad
civil.
"La
década de 1960 con sus formidables luchas de clases, finalmente
ganadas por las fuerzas revolucionarias, ilustra ese afán constante
del Gobierno de Estados Unidos por destruir nuestra Revolución".
No podemos olvidar,
entonces, la presencia de ese poderoso enemigo a la hora de analizar
la dinámica interna de la sociedad civil cubana y su vínculo con
el Estado; ni subvalorar el proceso de comunicación, diálogo e
influencias entre las distintas sociedades civiles de los diversos
países y de la sociedad civil internacional —de la cual forman
parte las grandes transnacionales—, como parte del proceso de
globalización caracterizado ahora por su tendencia neoliberal,
insiste la también directora de la revista Marx ahora.
"Gramsci
(reconocido marxista) afirmaba con muy buen tino que lo importante
era que las formas políticas del socialismo fueran funcionales con
la sociedad donde llenaban sus funciones específicas. En ese
`juego' con los pies en la tierra, la Revolución ha sido capaz de
perfeccionarse, y lo deberá seguir haciendo, sin abrirle ni
siquiera una ventanita a la contrarrevolución, y sí muchas puertas
anchas a la participación popular, expresada en formas diversas."
La sociedad civil cubana
es en su aplastante mayoría socialista, portadora de capacidades
para desarrollar relaciones sanas y creativas con el Estado. Pero
ello no debe conducirnos a obviar las contradicciones ni a
desconocer que grupúsculos minoritarios están en contra de ese
proyecto de justicia social, participativo y antimperialista que
fomentamos, pondera finalmente la doctora Isabel Monal. |