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Celima
Bernal
• Todos hemos oído la frase:
"El suplicio de Tántalo". Su origen es el siguiente: Tántalo, hijo de Zeus y de la ninfa Plato, fue condenado a permanecer en el centro de un lago de aguas claras que se retiraban del alcance de sus labios cuando quería calmar la sed. Sobre su cabeza colgaban frutas que escapaban de la mano si pretendía tomarlas. Un peñasco enorme amenazaba con desplomarse sobre él. La expresión se usa para los casos en que no se puede alcanzar lo que se desea, aunque se tenga cerca. Dicen que el castigo se le impuso porque divulgó secretos que su padre le confió.
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