BAGDAD, 9 de agosto (PL).—
Los feroces combates entre tropas ocupantes norteamericanas y las
milicias chiítas que se libran en la ciudad santa de Najaf desde
hace cinco días, dejan entrever que la paz para el centro sur
iraquí era hoy lejana.
Con saldo de centenares de muertos y
heridos, principalmente en la población civil, los choques
envuelven a los leales al clérigo chiíta Moqtada el Sadr,
encuadrados en el Ejército del Mahdi, y efectivos norteamericanos
que emplean su desarrollada técnica militar, sin éxito.
En efecto, las tropas estadounidenses
no han podido rendir a los milicianos chiítas que armados sólo con
fusiles, lanzagranadas RPG y algunos morteros, ofrecen feroz
resistencia y enfrentan a la aviación norteamericana, que
bombardearon con F-16 y helicópteros la ciudad de Najaf, 170
kilómetros al sur del Bagdad.
El sábado último visitó
inesperadamente esa urbe el primer ministro del gobierno interino
iraquí, Iyad Allawi, quien conminó a la rendición a los efectivos
del Ejército del Mahdi, de acuerdo con un reportaje difundido por
la cadena de televisión árabe Al Arabiya.
Allawi calificó a los insurgentes de
hombres sin ley, "terroristas" que intentan destruir a
Iraq y reiteró su exhortación a que depusieran las armas.
Por su parte el Sadr rechazó
categóricamente hoy una eventual retirada de sus tropas y advirtió
que el Ejército del Mahdi luchará hasta la última gota de sangre.