ATENAS, 9 de agosto (PL).—
En un gesto sin precedentes el belga Jacques Rogge, presidente del
Comité Olímpico Internacional, amaneció hoy en la Villa
Olímpica, donde pernoctó la víspera tras abandonar su hotel de
cinco estrellas en esta capital.
Con esa decisión el máximo
dirigente del olimpismo dio continuidad a su costumbre de convivir
con los atletas, primero en su condición de competidor en las
regatas de velas bajo los cinco aros y luego como jefe de
delegación de su país.
Como una noche maravillosa en una
cama excelente, calificó Rogge su primer amanecer en la comunidad
de los deportistas que se levanta en las faldas del Monte Parnita,
al noroeste de Atenas.
Después tuve un buen desayuno y una
reunión, dijo el Presidente del COI en referencia a su encuentro
matinal con la Junta Ejecutiva.
Tras alabar la infraestructura de los
Juegos, a celebrarse del 13 al 29 del presente mes, declaró que
disfrutó de la tranquilidad de la villa, una urbanización de casi
2 300 apartamentos.
Las habitaciones del pueblo olímpico
disponen del mobiliario mínimo, dos camas y dos lámparas para
leer, más algunas gavetas.
Los organizadores de los Juegos
comentaron que la decisión de Rogge de quedarse en la villa es un
respaldo para los atletas.
Resulta un gesto simbólico
importante, pues las condiciones de vida son exactamente iguales
para él y los atletas, explicó a la prensa el portavoz de los
Juegos, Michael Zaharatos.