La obra Pasión según San Juan,
de Johan Sebastian Bach, fue interpretada el domingo último por
primera vez en Cuba, lo que se inscribe como un acontecimiento
musical a 280 años de su estreno en Leipzig, Alemania.
Instrumentistas e intérpretes del
bell canto de Bélgica, México, Japón, Alemania y Cuba, dirigidos
por el israelita Shalev Ad-El, protagonizaron el concierto en la
Basílica Menor del convento de San Francisco de Asís.
El público colmó la sala y premió
con ovaciones a los músicos, quienes vencieron el reto del idioma
en la ejecución de arias y recitativos, y en la elaboración
minuciosa de coros y corales.
Vale destacar la ejecutoria del tenor
sueco Anders Jeker Dahlin en el rol de Evangelista o cronista, la
exquisitez del fraseo, la amplia tesitura y el dominio de su
registro vocal.
Encomiable fue también la
organicidad del personaje Pilato, en la piel del bajo japonés Yoshi
Taka Ogasawara, en franca victoria ante la barrera ligüística y la
complejidad de la partitura, criterios que también avalan al
barítono cubano Elier Muñoz en el personaje de Jesús.
El Conjunto de Música Antigua Ars
Longa y el Coro de Cámara Exaudi, conducidos por Teresa Paz y
María Felicia Pérez, respectivamente, lograron un magnífico
empaste de las voces con los instrumentos.
Digna de elogios fueron la comunión
e identidad artística logradas por los músicos e invitados durante
las 68 partes de la obra.
Bach musicalizó la Pasión de Cristo
utilizando su lengua vernácula con motivo de las celebraciones de
un Viernes Santos en el templo luterano de Santo Tomás, en Leipzig,
donde fungió como director musical hasta los últimos días de su
vida.
En la mayor de las Antillas se
conservan cinco Pasiones (sobre el arresto, juicio, ejecución, y
muerte de Jesús) escritas en la segunda mitad del siglo XVIII por
músicos cubanos, aunque sus antecedentes directos provienen de
autores españoles de finales del XVI y principios del XVII.
(AIN)