Nancy Morejón, cuatro veces quince

MARTA ROJAS

"Madame Bovary soy yo..." Las travesuras intelectuales de Nancy Morejón en la Escuela de Letras de la Universidad de La Habana, contadas brevemente por quien fue una de sus profesoras, la doctora Graziella Pogolotti, sintetizaron el clima que se vivió en la sala Martínez Villena, de la UNEAC, con motivo de una celebración entre un grupo de amigos y familiares de Nancy Morejón, Premio Nacional de Literatura, quien cumplió —como le hubiera gustado decir a Nicolás Guillén— cuatro veces quince. Graziella evocó a la alumna que provocaba debates sobre la frase de Flaubert, y cómo con ello removía la solemnidad del claustro haciendo las clases mucho más amenas. Dijo Graziella que ver el desarrollo de un alumno de avanzada, que como Nancy despuntaba, es lo más grato que le puede suceder a un profesor.

Foto: RAFAEL TORRES ESCOBARNancy Morejón, autora de una amplia obra ensayística, poética y periodística, recibió los justos calificativos de esta, así como de los fuertes sentimientos de amistad que su persona propicia y cultiva. Miguel Barnet, compañero y contemporáneo de la poeta desde la época de fundación del grupo El Puente, "en las buenas y en las malas" —dijo él— habló de la importancia de la amistad basada en la nobleza de alma, la sinceridad y la comunión de ideas. Miguelito leyó unos versos dedicados a Nancy que la describen tal cual es.

Los también Premios Nacionales de Literatura, Reynaldo González y Pablo Armando Fernández se refirieron a la enorme contribución intelectual de Nancy a la cultura cubana. De vocación universal, conocedora como pocos entre nosotros de las lenguas y literaturas de expresión francesa e inglesa, nunca se ha dejado contaminar con influencias equívocas, ni deslumbramientos sino, por el contrario, ha asumido y digerido lo mejor de esas otras culturas que domina muy bien y le han servido para arraigarse en la suya y apropiarse de lo mejor de aquellas.

Motivo de especial regocijo para Nancy y para los demás fue la presencia en la Sala de la profesora Sandra Levinson, fundadora y directora del Centro de Estudios Cubanos de Nueva York, por 35 años, quien reveló con orgullo que la homenajeada fue una de las primeras intelectuales cubanas invitada a Nueva York por esa institución cultural, y que desde entonces el vínculo nunca se ha roto al igual que el establecido con otros intelectuales presentes. Aseguró que la personalidad de Nancy prestigia al Centro y es muy apreciada solidariamente por amigos norteamericanos. La profesora Levinson acababa de recibir en Santiago de Cuba la Placa José María Heredia, como promotora de nuestra cultura.

Fue reconocido con cariño y justicia, el papel que desempeñaron en la formación humana e intelectual de Nancy sus padres: la China, y Felipe Morejón, quienes supieron desde su humildad de trabajadores y simples vecinos del barrio de Los Sitios, pulir la piedra que se convirtió en diamante, sabiéndola inteligente y dinámica. Llegaría muy a tiempo la Revolución para darle todo el cauce que requería. Sin que primaran reglas de protocolo acompañaron a la poetisa gente de su barrio y otros amigos al igual que Carlos Martí, presidente de la UNEAC; Iroel Sánchez, presidente del Instituto Cubano del Libro; y Francisco López Sacha, presidente de la Asociación de Escritores de la UNEAC.

 

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