La
Universidad
Central Marta Abreu de Las Villas
(UCLV), sede hoy del acto nacional por el 26 de Julio,
tiene una rica historia signada por la huella del Che en el quehacer
cotidiano de alumnos y docentes.
Corrían los años finales del
convulso 1958; en solo 70 días las fuerzas de los comandantes
Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara realizaron la invasión
desde del oriente hasta el centro de Cuba, extraordinaria proeza de
hombres mal armados y sin abastecimientos.
El asalto a Santa Clara marcaría un
momento decisivo en la lucha por la liberación nacional, pues las
tropas del tirano Fulgencio Batista radicadas en esa plaza estaban
bien pertrechadas y habían recibido importantes refuerzos.
Con el avance de la columna ocho Ciro
Redondo, el Che encuentra en la UCLV un buen sitio donde colocar la
comandancia y el hospital de campaña, a ocho kilómetros de la
ciudad. Allí diseñó la estrategia y táctica de la batalla.
En diciembre de 1959, poco menos de
un año después del triunfo revolucionario, el centro educacional
entregó al argentino-cubano el título de Doctor Honoris Causa, y
en sus palabras el Che expone la necesidad de que la Universidad se
vista de negro, de mulato, de obrero y campesino.
A más de medio siglo de la
inauguración de la casa de altos estudios, el territorio central de
la Isla se ha beneficiado con la formación de miles de
profesionales y, en los últimos 45 años, lo han hecho con la
positiva influencia del hombre excepcional que fue el Guerrillero
Heroico.
Allí donde el Che creó hospital y
comandancia funciona la cátedra Ernesto Guevara, que mantiene viva
en los jóvenes cubanos y de otras parte del orbe, el legado de unas
de las personalidades del mundo contemporáneo más influyentes en
las nuevas generaciones. (AIN)