Recuerdan el 26 de Julio en el antiguo Cuartel Moncada
Otra mañana de la Santa Ana, llena de historia

Esta madrugada, cuando más de 100 pioneros santiagueros (todos alumnos sobresalientes en la enseñanza primaria y secundaria), entraron por la Posta 3 de la vieja fortaleza militar, para reeditar simbólicamente el asalto al Moncada, el pensamiento de muchos cubanos estuvo dedicado a los valerosos jóvenes de aquella clarinada

MIGUEL ÁNGEL GAÍNZA CHACÓN

Más de medio siglo ha transcurrido y el momento conserva toda la emoción de aquella madrugada, cuando el 26 de julio de 1953, a las 05:15 horas, un grupo de jóvenes, con Fidel Castro al frente, entró en la historia.

Este lunes, a la misma hora de hace 51 años, retumbaron en los muros de la antigua fortaleza del Moncada, en Santiago de Cuba, los nombres venerados de los caídos por la Patria.

Los muros siguen iguales, como mudos testigos del paso de la historia. Pero entre estos ya no hay soldados del tirano Batista, sino flores, libros, aulas, y niños con sus maestros, porque la Revolución triunfante en 1959, convirtió el cuartel en escuela.

La ciudad tampoco durmió esta madrugada, en medio de su Carnaval. Pero hombres, mujeres, niños y niñas dejaron a un lado la fiesta, para venir hasta la antigua fortaleza, y recordar la epopeya que abrió el sendero hacia la libertad plena que hoy disfruta el pueblo cubano.

La sangre derramada por aquellos muchachos de la Juventud del Centenario, la mañana de la Santa Ana, abonó la tierra que hoy es la más bella y la más libre del mundo.

Pareciera como si el Apóstol, autor intelectual de la acción, hubiese escrito para Renato, Abel, Mario, José Luis... y los otros caídos, lo que la actriz María Teresa García Tintoré declamó, mientras despuntaba el sol por entre las lomas de la Gran Piedra: "Moveos y contentaos, muertos ilustres. Antes de cejar en el empeño de hacer libre a la Patria, se unirá el Mar del Sur con el Mar del Norte, y nacerá una serpiente de un huevo de águila".

Esta madrugada, cuando más de 100 pioneros santiagueros (todos alumnos sobresalientes en la enseñanza primaria y secundaria), entraron por la Posta 3 de la vieja fortaleza militar, para reeditar simbólicamente el asalto al Moncada, el pensamiento de muchos cubanos estuvo dedicado a los valerosos jóvenes de aquella clarinada.

No por reiterado se ha perdido el simbolismo del momento. Es usual, entonces, que cada año vengan al antiguo Moncada los artistas y estudiantes, junto al pueblo, para rendir este homenaje.

Unieron sus talentos sobre el escenario montado entre las dos escaleras principales del Moncada, Humberto Santiago Mora Granda, alumno de la escuela de Instructores de Arte Pepito Tey; el pionero Jorge Marzo Rosales, de la secundaria básica Enma Rosa Chuig, en Palma Soriano; Teresita García Tintoré, actriz del grupo Macubá; José Pascual Varona (Pini), actor de Calibán Teatro; los vocalistas Yeline Lafargue y René Urquijo; el grupo Príncipe Enano, Dorelis Planas, Vocal X, y el grupo Meñique.

Ellos declamaron "Ya estamos en combate", La Mañana de la Santa Ana, Canción del 26, de Jesús Cos Causse; pasaron la lista de los caídos, cantaron La era está pariendo un corazón, Para que el Apóstol no muriera, Para prender el fuego, Rabo de nube, Cinco Titanes, El primer día de la paz, A la paz...

Adorables madres de mártires de la Revolución estuvieron presentes en la velada, junto con Misael Enamorado, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba; Rolando Yero y Luis Enrique Ibáñez, presidentes de las Asambleas Provincial y Municipal del Poder Popular, respectivamente, y el pueblo que jamás falta a la hora de recordar a los buenos.

Tenuemente la claridad del alba limpió de oscuridad los techos de esta Santiago, también heroica, y entonces se escucharon cosas hermosas en el Moncada: Para morir luchando, nunca es tarde... La libertad no muere jamás de las heridas que recibe... El ejercicio de la libertad fortifica... Buena sombra da a la tierra, el árbol vigoroso de la libertad... Bienaventurada la tierra donde se libran las batallas de la paz... La libertad... tiene un padre, el más dulce de los padres: el amor, y una madre, la más rica de las madres: la paz...

Así recordó Santiago de Cuba, en 2004, a quienes el 26 de julio de 1953 fueron al encuentro con la historia, para escalar hasta el sitial más hermoso: el de los héroes y mártires de la Patria.

Periódico Sierra Maestra. http://www.sierramaestra.cu/

 

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