NUEVA DELHI, 26 de julio (PL).—
Unos 900 muertos, millones de damnificados y pérdidas materiales
aún sin cuantificar, provocaron en la India y Bangladesh las peores
inundaciones de los últimos años, según un nuevo balance dado a
conocer hoy.
El fenómeno, ocasionado por las
lluvias monzónicas y el derretimiento de la nieve de la cordillera
del Himalaya, dejó un saldo de 570 víctimas mortales en el noreste
de la India, el país más afectado.
Las inundaciones provocaron también
graves estragos en Bangladesh, donde la cifra de muertos sobrepasa
los 280, mientras que 30 millones de personas se encuentran
aisladas.
Al contrario de lo que ocurre en la
India, donde el nivel de las aguas ha bajado, en Bangladesh 35 de
los 64 distritos del país están inundados y la situación podría
agravarse en Dacca, la capital, según los informes meteorológicos.
Más de tres mil 500 médicos y
personal de la salud fueron desplegados por todo el país para
enfrentar enfermedades como las diarreas, el tifus y la disentería.
Ante la magnitud de la crisis en el
sur de Asia, el primer ministro indio, Manmohan Singh, llamó a
todos los países a buscar soluciones a este fenómeno, agravado en
los últimos años por la deforestación y la erosión de los
suelos.
En opinión de los expertos, la
rápida urbanización de Asia incide en el incremento de las
inundaciones, ya que el desarrollo económico no está acompañado
de medidas para evitar su impacto en el medio ambiente.
En las zonas urbanas, la principal
causa de las inundaciones es la incapacidad del suelo para absorber
las lluvias, mientras que en el campo la deforestación priva al
suelo de árboles que permitan retener el agua.
Especialistas en meteorología
advirtieron que si no se toman medidas para prevenir las
inundaciones en las ciudades nuevas o en expansión, catástrofes
como la de este año se repetirán en el futuro.