BAGDAD, 24 de julio.— El continuado secuestro de
extranjeros e incluso de nacionales puso en evidencia hoy el caos y
la ingobernabilidad presente en Iraq, ocupado por millares de
soldados occidentales, encabezados por Estados Unidos, que aporta
130 000 efectivos.
Este sábado resultó plagiado en esta capital el
director general de la empresa estatal iraquí para la construcción
Al Manssur, Raad Adnan, cuando se dirigía en su automóvil hacia su
trabajo y fue interceptado por hombres armados, informa Prensa
Latina.
Aunque ningún grupo se ha adjudicado la acción,
Adnan podría ser considerado por esos hombres apóstata y traidor,
calificación que la insurgencia dispensa para los colaboradores de
la coalición que ocupan el país y actúan en consecuencia.
El rosario de secuestros de extranjeros en esta
última etapa tuvo su colofón la víspera cuando fue secuestrado un
diplomático egipcio, Mohamed Mamduh Quttab, al salir de una
mezquita tras la oración de la noche del viernes.
Los raptores se identificaron como los Leones de
Ala, grupo hasta ahora desconocido, y entregaron a la cadena árabe
qatarí Al Jazzera un video en el que aparecen seis hombres vestidos
de negro con pasamontañas que cubren sus rostros, y al rehén
sentado en el piso ante ellos.
Afirmaron los secuestradores ante la cámara que la
captura del diplomático fue como reacción al ofrecimiento del
primer ministro egipcio, Ahmed Nazif, de colaborar con las
autoridades transitorias iraquíes en la reconstrucción del país.
Pero Nazif fue algo más allá al referirse durante
la reciente visita de su colega iraquí a El Cairo, Iyad Allawi, a
que su país estaba dispuesto a brindar su experiencia en cuestiones
de seguridad al actual gobierno de Bagdad, apuntaron observadores
locales en esta capital.
Para esos mismos analistas, esta declaración pudo
ser el motivo del secuestro del diplomático.
Por otra parte, un grupo autodenominado Las banderas
negras, tiene como rehenes a siete extranjeros, tres kenianos, igual
número de indios y un egipcio, quienes se desempeñaban como
camioneros de una empresa kuwaití de transporte.
Los secuestradores exigen que la empresa contratante
abandone Iraq, ya que según declararon a medios de prensa en
Bagdad, presta servicio a las fuerzas de la coalición subordinada a
Washington.
Estas acciones de plagio son jalonadas por numerosos
hechos de violencia de la resistencia que mantiene en jaque al
gobierno provisional iraquí y sus patrocinadores occidentales,
principalmente Estados Unidos.